En profundidad
Explorando los procesos deliberativos de la memoria: la elaboración de una visión del pasado
Co-creando la memoria colectiva de un país a través de sus bibliotecas públicas
Hypothesis: Mirando el retrovisor de nuestra historia sin ángulos muertos
¿Pueden los archivos públicos, y archivos ciudadanos construir un diálogo sobre los conflictos del pasado y co-crear un futuro legado mejor y común?
¿Cómo podemos identificar y fomentar los vínculos entre los poseedores de colecciones patrimoniales públicas o privadas y los grupos comunitarios y cívicos, aprovechando de forma única el patrimonio compartido como forma de generar intercambios inclusivos y francos desde las perspectivas de la historia institucional (oficial), personal y las aspiraciones comunitarias, sin obviar los “ángulos muertos de la historia”.
Para asentar esta hipótesis, indagamos en la constitución, desarrollo y modelo de gobernanza de “ComparteTuRollo”, un proyecto que puso el patrimonio histórico en el centro de un proceso de participación para construir la memoria histórica de Colombia.
State of the Art
En los ámbitos de la cultura digital y la innovación social, la co-creación es un mecanismo cada vez más recurrente para generar dinámicas que permitan que diferentes agentes y stakeholders se impliquen y desarrollen nuevos proyectos de manera positiva e innovadora. En instituciones de patrimonio cultural, como museos, centros de arte o bibliotecas, hay un creciente interés y ya se están llevando a cabo experiencias de co-creación.
A menudo, la co-creación se relaciona con el crowdsourcing o “abastecimiento” colaborativo. Ambos se benefician del trabajo con grupos de gente externa a la organización productora pero a diferencia de la co-creación, el crowdsourcing no busca, a priori, la creación compartida de soluciones, sino que pretende utilizar la fuerza productiva de una comunidad para hacer crecer un proyecto de forma exponencial. La co-creación se desarrolla además con equipos de trabajo, de perfiles plurales, buscando poner al mismo nivel al usuario y al encargado de crear soluciones, y quiere incidir en la calidad de la solución que se llega a encontrar a través de metodologías muy concretas y fases de creación colaborativa.
Para ilustrarlo, la edición de Wikipedia sería el principal ejemplo de crowdsourcing mientras que el software libre lo sería de la co-creación.
Story of us: Datos objetivos que respaldan la idea
La co-creación es una disciplina que tiene sus raíces en el diseño participativo afianzado en el norte de Europa desde los años 70. A través de diferentes principios, métodos y soluciones, da respuesta a la necesidad de poner al usuario o cliente en el centro del proceso de creación de valor, como fuente práctica y activa de conocimiento, motivación y creación. Ya sea mediante talleres o sesiones presenciales, o a través de dinámicas de colaboración online, la co-creación puede ser entendida como una manera de activar y canalizar procesos creativos, y especialmente como una herramienta que cada vez más permite identificar y generar colaborativamente servicios y productos, e incluso dinámicas de aprendizaje o de incubación de proyectos.
Grandes compañías o marcas vienen usando la creación colaborativa desde hace varias décadas y de manera efectiva, tanto para el diseño de nuevos productos y servicios, como para afrontar cambios estructurales en la empresa. Estas prácticas se han exportado a ámbitos alejados de la competitividad e innovación desde la lógica de mercado, con la replica de experiencias de co-creación en contextos como la emprendeduría social (para la identificación de servicios y productos de interés allá donde no llega o no interesa al mercado) y el diseño de aplicaciones y desarrollo web (co-definiendo necesidades, requerimientos y desarrollo de interfaces gracias a visiones compartidas sobre lo que los propios usuarios demandan o expresan necesitar) y, últimamente, también en educación, las artes, el mundo editorial, el sector audiovisual, o en las bibliotecas, los archivos y los museos.
Las instituciones culturales sitúan, desde hace tiempo, al usuario en el centro del servicio. La innovación no es que los profesionales de bibliotecas, archivos y museos piensen en el usuario, sino que piensen con el usuario: la co-creación enfatiza la mezcla de personas internas y externas para profundizar en soluciones centradas en los usuarios. Pensar desde abajo: bottom-up.
La implicación directa de los usuarios, los puntos de vista complementarios (o incluso divergentes) van fomentando idealmente la empatía hacia el servicio y sus trabajadores y van promoviendo la actividad creativa positiva. La emoción y la creatividad son los elementos fundamentales de todo proceso creativo.
Trabajando con más de 110.000 usuarios en 600 bibliotecas de toda Colombia, el proyecto “Comparte Tu Rollo” demostró la fuerza y la resiliencia que pueden obtenerse compartiendo historias. Reportamos más de 20.000 participantes en las actividades de recuperación de memoria impulsadas por este servicio. Cada biblioteca local organizó una serie de actos comunitarios de recogida y recuerdo en los que se invitó a los ciudadanos a traer recuerdos y fotografías personales bajo el lema: “una iniciativa para que revelemos la memoria de Colombia con las fotografías y los relatos de todos.”
Destacar el papel de los 25 tutores de las bibliotecas en las 25 regiones de Colombia, formados a través de la metodología propia del proyecto, que supieron adaptar el programa a 3 velocidades diferentes en función del tipo de programa que podía albergar la institución, las actividades que normalmente se realizan en ellas y la capacidad de digitalización de los propios usuarios.
Dicho de otra manera, el resultado del proceso co-creativo en el que participaron los usuarios estuvo abierto a la participación de profesionales y no-profesionales de los museos/archivos/bibliotecas que son quienes determinaron, colaborativamente, su forma final, haciendo honor a la idea de #PatrimonioCulturalVivo
Según la UNESCO, el #PatrimonioCulturalVivo se entiende por aquel patrimonio inmaterial que reune las prácticas, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas que se transmiten de generación en generación. Este patrimonio infunde a las comunidades un sentimiento de identidad y es recreado constantemente por ellas en función de su entorno. Se denomina inmaterial porque su existencia y reconocimiento dependen esencialmente de la voluntad de los seres humanos –que, en principio, es inmaterial– y se transmite por imitación y experiencias vividas. El patrimonio cultural también recibe los nombres de “patrimonio vivo” o “cultura viva”.
Biblioteca Pública Cocuyos de Samaniego en Nariño. Premio Nacional de Bibliotecas Públicas “Daniel Samper Ortega” 2016
Story of me: ¿Por qué creemos que conectar las historias de Colombia a través de la co-creación y del diálogo analógico-digital es relevante?
Queríamos incentivar el desarrollo de procesos comunitarios en torno a la recuperación de la memoria fotográfica en las bibliotecas públicas, para ponerlas en el epicentro del aprendizaje y el acceso digital. Muy rápidamente, quisimos crear una propuesta, escoger y adaptar las herramientas, hacer la formación e implementación y luego extenderla por todo el país. Así, se lanzó el proyecto “Comparte tu rollo” en el V Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas “Bibliotecas Públicas como escenarios de paz”, que se realizó en la ciudad de Bogotá.
Se optó por el título “Comparte Tu Rollo” para esta plataforma buscando resumir los conceptos que se consideraban más importantes: compartir historias y recuperar archivos, fundamentalmente fotografías que aún están en formato analógico y que pueden ser digitalizadas y publicadas en la plataforma en línea. Por su parte, “Tu Rollo” se relaciona no solo con el carrete de fotos tradicional sino también con las historias personales y las memorias que aún no han sido reveladas, y que tienen guardadas muchos colombianos.
La experiencia
“Comparte tu rollo” es resultado de un reto que se planteó desde el Ministerio de Cultura, la Biblioteca Nacional de Colombia y la empresa social Shift. Su objetivo era incidir en el proceso de reconstrucción de la memoria colectiva de un país como metodología para crear tejidos comunes desde lo cotidiano, dentro del conflicto armado, para alcanzar la paz (recientemente firmada). El proyecto se apoyó en la Red Nacional de Bibliotecas Públicas, una red que fomenta la lectura y la escritura, promoviendo la producción y circulación de ideas, memorias y expresiones culturales, con el fin de ofrecer oportunidades de participación y desarrollo cultural, social y económico alrededor del país.
Las dinámicas debían ser sencillas, cercanas y cautivadoras para un público general. Las tareas de los bibliotecarios, en Colombia y en todo el mundo, a menudo van mucho más allá de cuidar del archivo, ya que trabajan una vertiente del patrimonio inmaterial existente (o latente) en sus comunidades, por una memoria “sanadora”. Son ejes activos en sus pueblos, suelen tener un tejido maduro de relaciones con un amplio espectro de usuarios (de edades variadas y estratos sociales diversos) y son la clave para un trabajo desde la base (social). Para un bibliotecario/a formar parte de este proyecto era una manera de cohesionar acciones culturales conjuntas partiendo de la base, teniendo en cuenta la participación co-responsable de la red de bibliotecas y sus usuarios.
En Colombia había una articulación nacional clara y se buscaban políticas públicas efectivas, pero la tarea de construcción de esta memoria no era una tarea fácil ni entendida por el público general. Aplicar los procesos de co-creación que veníamos explorando y experimentando, siguiendo el ejemplo recogido en “Co-creación en las bibliotecas públicas”, nos permitía reducir los tiempos de implementación y validación de las herramientas que reforzarían esta articulación nacional; concretar las ideas y herramientas a desarrollar desde cero; detectar las necesidades de los participantes (bibliotecarios y usuarios); generar todo un contenido didáctico para la formación “en cascada”; e integrar todos los estratos de profesionales y usuarios en la construcción de estas políticas públicas.
Nos pusimos manos a la obra. En la gestación de la fase de co-creación participó la plataforma de Historypin, la Biblioteca Nacional de Colombia, y varios miembros de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas de Colombia, que diseñaron, junto con Platoniq, la metodología para salir de los muros de la biblioteca, conectar y revivir las historias de los lugares.
El proyecto, de dos años de duración, se acabó llamando “Fotografía y Memoria en Bibliotecas Públicas” y su objetivo era fomentar el uso de Internet y la reducción de la brecha digital en Colombia, con actividades, ejercicios y plantillas asociadas para que los bibliotecarios y los grupos que se formasen a su alrededor pudieran ejercer de dinamizadores de estas actividades, creando un diálogo entre generaciones y regiones.
Story of now: ¿Cómo damos respuesta a esta cuestión?
Lo primero que se hizo fue, con los mismos bibliotecarios, investigar qué elementos son clave a la hora de hablar sobre la memoria (en primer lugar) y sobre fotografía (en segundo). Las bibliotecas aportarían su archivo e invitarían a los ciudadanos a traer sus propias fotografías, enseñándoles cómo contextualizarlas, escanearlas y ayudarles a subirlas a una base de datos online. Había que adaptar la metodología de HistoryPin para la captación de contenidos y participantes, y se ajustó la plataforma para poder trabajar el contenido fotográfico como herramienta de socialización para la construcción de una “historia” colectiva.
El equipo de co-creación rebautizó el proyecto “Fotografía y Memoria en Bibliotecas Públicas” con un nombre más cercano, “Comparte tu rollo”. Se escogió el crowdsourcing (con los procesos de co-creación en su génesis) como herramienta para la construcción colaborativa de esa memoria. Con ello se pretendía buscar el verdadero incentivo de los usuarios partícipes en el proyecto, la red de bibliotecas de Colombia y todos sus bibliotecarios y co-ciudadanos, creando una estrategia de formación, ejercicios, contenidos y dinámicas centradas en ellos, actividades para fortalecer los lazos entre la comunidad, generar confianza y sentimiento de grupo y establecer un clima propicio para dialogar en torno a la memoria.
El primer año estuvo enfocado a dinamizar la red de bibliotecas públicas con un programa “Train the Trainers”, partiendo de la formación como formadores a 25 profesionales del equipo de bibliotecas de cada una de la regiones, desde Bogotá a las zonas más remotas, que, a su vez, formarían el personal de las 500 bibliotecas en todo el país, a través de actividades que favorecen la recolecta de fotografías antiguas, datos y relatos. La Red estaba pensada para funcionar a partir de una estructura de nodos departamentales y municipales, para coordinar las bibliotecas a nivel local. Las bibliotecas departamentales cuentan con diversos fondos documentales relacionados con la historia y el patrimonio cultural de sus respectivas regiones y las coordinaciones departamentales promueven la prestación de servicios bibliotecarios como parte del plan de desarrollo, motivan las prácticas comunes entre las bibliotecas y capacitan al personal bibliotecario en la facilitación del programa.
Se crearon, ad hoc, diferentes materiales analógicos, fichas y actividades presenciales pensadas para servir de transición hacia la digitalización posterior de archivos, su selección y su descripción para su publicación final en la plataforma Historypin. El conjunto de actividades propuestas sirvieron para fortalecer los lazos entre la comunidad, generar confianza y sentimiento de grupo, y establecer un clima propicio para dialogar en torno a la memoria.
Una ruta común…
Las actividades y materiales didácticos formaron parte de una ruta para la digitalización de la memoria familiar, local (fotos, videos, historias…) y del país (patrimonio cultural en definitiva) que ayudaron a colocar a las bibliotecas públicas en el epicentro del aprendizaje digital de los colombianos, como también a proyectar una imagen exterior de Colombia positiva e ilusionante a través del pasado (conservandolo en formato digital) y del presente (proporcionando un espacio para comparar, opinar, participar, comentar desde los nuevos puntos de vista) de sus comunidades.
La ruta común no trataba sólo de subir imágenes a la plataforma de HistoryPin, y rellenar la ficha estándar que pedía un título para la imagen, una fecha, un lugar y una pequeña descripción. Si se trataba de recuperar la memoria colectiva, habría que añadir también una capa que representase y visualizase las emociones que estos materiales y actividades dejan en los participantes y las comunidades. No es fácil saber describir lo que las imágenes evocan a los que las mantienen vivas en su recuerdo, ni a los que las miran o las comparan a otras imágenes de la misma época o del mismo lugar. Saberlo compartir, además, deja una huella diferente y valiosa, y es más posible cuando se hace dentro de un proceso de co-creación.
Así la creación de la ruta común se articuló desde una vertiente práctica, con una serie de ejercicios y dinámicas con los participantes, y aquí destacaremos dos: “Diana”, que sirve de base para la primera toma de contacto relacionando fotografías, emociones y usuarios, y la otra, “Refoto”, que vincula el contexto temporal de una fotografía antigua de un lugar y el momento presente en que lo visita el usuario.
La “Diana” marca las pautas de cómo organizar ese primer paso, creando una relación de confianza entre el personal de la biblioteca y la comunidad alrededor de ella, explicando los pormenores del proyecto y detallando las tareas que se abordan en la sesión. Las fotografías de los participantes son el hilo conductor que unen historias personales con las emociones que provocan entre los asistentes en la sesión, además de ayudar a los bibliotecarios a tratar en profundidad los temas que aparecen y ampliar la información relevante perteneciente a su comunidad.
Las emociones pretenden ser un sistema de categorización más, que ha de servir para humanizar la cultura de archivo, donde fomentar y detectar elementos clave entre los participantes desde la empatía.
Para poder facilitar la selección de las emociones se organizaron en una ruleta las emociones bajo los adjetivos: Nostálgico, Inspirado, Comprometido, Patriótico, Sorprendido, Emocionado, Asombrado, Orgulloso.
La “Refoto”, en cambio, se debe contextualizar como un ejercicio que se propone “salir de la biblioteca” para estar más cerca de los eventos de recolecta de fotos, las exposiciones para obtener reacciones y comentarios de la comunidad, incluso las excursiones o tours que recorren los lugares representados en las fotografías recopiladas. Todos ellos, ejemplos de actividades incluidas en esta ruta y estrategias presenciales interesantes y refrescantes a las que recurrir.
En este paso el grupo participante ya posee experiencia con la recolección de información y el valor que tienen las imágenes. Llega el momento de salir de la biblioteca y compartir el proceso con más personas, así que se recomienda a los participantes que, al elegir fotos de lugares concretos del municipio, busquen con anticipación un grupo o asociación del municipio al que puedan convocar previamente, y de esta forma garantizar que cuentan con un público asistente, el cual puede aportar testimonios valiosos e información relevante durante la salida.
La Refotografía es el acto de hacer una fotografía de un sitio que también aparece en otra fotografía; repetirla con un espacio de tiempo entre las dos imágenes; y así tener una imagen del “ayer y hoy” de un área en concreto. El punto desde donde el fotógrafo original fotografió la escena puede haber desaparecido con el tiempo, por lo tanto el refotógrafo debe elegir una escena original en la cual el punto de vista sea todavía accesible, o alquilar un equipo que le permita duplicar la posición de la cámara en la fotografía original.
… con 3 vías alternativas
Cada biblioteca y cada localidad tiene características particulares: una masa de usuarios, comunidades más o menos jóvenes, con más o menos recursos y conocimientos, más o menos adaptados a Internet y la sociedad de la información. Por esta razón, dentro de la ruta común propuesta se establecieron tres escenarios o puntos de partida diferentes a seguir según el tipo de biblioteca y comunidad, en función de si era más o menos activa en el mundo digital.
La primera vía alternativa (primer escenario posible) es más adecuada para las bibliotecas con una población o usuarios menos alfabetizados digitalmente y que no tienen servicios comunitarios consolidados ni han iniciado procesos en torno a la recuperación de la memoria, ni han comenzado a crear colecciones fotográficas. Cubre todas las fases propuestas para la ruta común, desde el inicio al final, y es por tanto la vía más larga, la que requerirá más tiempo en ser completada y más acompañamiento para desarrollarse. Se proponen cuatro temáticas posibles alrededor de las cuales centrar la recopilación de historias, entrevistas y/o fotografías en actividades presenciales:
- Saberes locales / oficios enfocados en retratos de personas, por ejemplo, ejerciendo oficios tradicionales, protagonistas de escenas o familiares a los que poder entrevistar
- Lugares representativos, famosos para la comunidad (por ejemplo la plaza del pueblo o plaza del mercado)
- Eventos importantes que han marcado la historia de la comunidad, con una fecha concreta, por ejemplo el día de la ciudad, una fiesta de gran popularidad…
- Seleccionar del albúm familiar, una foto carismática o trascendente para la familia y/o la comunidad
La segunda vía alternativa (segundo escenario posible), con un punto de partida un poco más avanzado que el anterior, es recomendable para las bibliotecas que pueden contar con una comunidad activa, un grupo de amigos de la Biblioteca o grupos de la comunidad vinculados a un servicio particular y actividades ya en desarrollo y especialmente relacionados con la recuperación de la memoria o el diálogo en torno a la memoria. Y se plantean actividades didácticas y participativas mixtas, en función del nivel de digitalización de cada comunidad se realizan más actividades analógicas o presenciales (de la primera vía alternativa) o más actividades dirigidas a la digitalización y uso de la plataforma Historypin (de la tercera vía alternativa).
La tercera vía alternativa (tercer escenario posible), tiene el punto de partida más avanzado de todos dentro de esta ruta, la ruta común, y ha sido diseñada para las bibliotecas con procesos de largo recorrido en torno a la recuperación de la memoria, que ya tienen colecciones fotográficas iniciadas y/o grupo de amigos consolidados, una comunidad más adaptada al uso de internet y las herramientas digitales. En estas comunidades se hacen sesiones colectivas de digitalización, llamadas Revelatón, con las que se publican las mejores historias en la plataforma History Pin.
La ruta está planteada para ir progresivamente desde lo analógico, presencial (en las bibliotecas, en las localidades) a lo digital y online (sesiones colectivas de digitalización) y establece una serie de paradas o actividades didácticas y participativas. Según el escenario desde el que se parte se realizan más actividades analógicas o presenciales o más actividades dirigidas a la digitalización y uso de la plataforma Historypin.
Es igual qué vía alternativa siga cada comunidad, lo importante es que todas lleguen al final de la ruta común, que consiste en utilizar la co-creación de la metodología, herramientas y materiales formativos y busca producir “la empatía” como motor de innovación, de cambio y en este caso de recuperación de la memoria colectiva de un país. La fotografía es un elemento secundario, el hilo conductor, es accesible al público general, fácil de compartir y de situar en el tiempo del que proviene (el momento en que se hizo la foto), puede ponerse en contexto para compartirlo y da pie a hablar abiertamente de un tiempo y de unas circunstancias pasadas. Y además facilita a la comunidad un aprendizaje de las técnicas digitales, el proceso de digitalización de la imagen, el tratamiento de archivo, las acciones para compartirlo vía web a un público local, regional e incluso nacional o global.
Aunque las bibliotecas más digitalizadas puedan ir directamente a la tercera vía alternativa propuesta, se les recomienda que tomen como punto de partida estrategias analógicas o presenciales, porque como evidencian las metodologías de co-creación, son las que aportan valor, generan una participación de calidad y otro tipo de visibilidad entre su comunidad y sus usuarios. Son apropiadas para facilitar la participación de nuevos miembros y crean comunidad más allá de los grupos ya formados.
Drawing by numbers: Impacto del proyecto
Un conjunto claro de valores
El proyecto aprovecha la importante infraestructura digital existente para cumplir sus objetivos sociales, demostrando a través de indicadores de compromiso que estos procesos participativos son transversales.
“Comparte Tu Rollo” cumple con los valores más importantes de la participación digital inclusiva, tal como la evaluamos en Platoniq, creando un “Entorno (más) Seguro”, implicando a la Comunidad local tanto en la gobernanza como en el desarrollo de sus actividades, cumpliendo con las normas de Transparencia y creando Conciencia mediante:
a. Contribución al fortalecimiento de la autoestima colectiva
Como proyecto de Memoria Comunitaria, “Comparte Tu Rollo” desarrolló su metodología y herramientas para reforzar la autoestima colectiva de una comunidad. En un ambiente de pobreza material, existe sin embargo una rica base cultural que sostiene a las comunidades a lo largo de generaciones. Reconocer y valorar la cultura de un pueblo es una parte intrínseca de la formación de sus identidades comunitarias. En particular, en el contexto colombiano, existe una directriz constitucional hacia este reconocimiento cultural, y las bibliotecas se encuentran en una posición única para albergar el intercambio comunitario y ser los guardianes de la historia y la cultura en forma de archivos y memorias.
b. Contribución a la generación de valores
Las bibliotecas también forman parte de los recursos comunitarios que apoyan a las personas a identificar y reconocer sus valores comunes y compartirlos intergeneracionalmente a través de la cultura, especialmente aquellas prácticas que incorporan la amplia diversidad de la sociedad, en este caso colombiana. Una práctica clave es el fomento de valores que promuevan el intercambio pacífico y cooperativo, la solidaridad y la responsabilidad, el consenso y la tolerancia, también como parte de una gama más amplia de valores latinoamericanos.
c. Contribución a la inclusión social:
La generación colectiva de conocimiento, el diálogo y el consenso a través de metodologías elegidas por su capacidad para fomentar la inclusión social y mejorar la democratización y, por tanto, la igualdad, también forman parte del espectro de capacidades que se hacen posibles en las bibliotecas públicas
El proyecto ofrece formación digital a través del storytelling para bibliotecarios, herramientas digitales basadas en la web y metodologías de memoria comunitaria que pueden aplicar los bibliotecarios públicos. Esta combinación está diseñada para incentivar el aprendizaje y la aplicación de estrategias digitales en las bibliotecas, al tiempo que reúne a las comunidades en las bibliotecas en torno al patrimonio cultural compartido y la memoria comunitaria.
Asimismo, se ha demostrado que este servicio promueve la participación de diferentes grupos de edad y motiva el diálogo intergeneracional, esencial para la construcción de una identidad colectiva.
Comunidades de todo Colombia utilizan la plataforma digital para reunir a la gente en torno a la historia local. Las actividades tienen lugar en todo tipo de lugares, desde escuelas a festivales de rock y desde bibliotecas a pubs locales.
La red de bibliotecas donde se desarrolla este proyecto no está exenta de complejidad, trabajar la replicabilidad de la propuesta en 500 bibliotecas del país donde está marcado su contexto social-cultural-geográfico no es tarea fácil. La sencillez de la metodología pretendía superar esas barreras iniciales.
Los datos de impacto tras los primeros años de implementación corroboran mérito al esfuerzo de co-crear las herramientas de la metodología con los diferentes equipos partícipes (Fundación Platoniq, Shift (Historypin) y Biblioteca Nacional de Colombia), e implementarlo gracias a la formación de los 25 tutores encargados de viajar por todo el país para transmitir los conocimientos y experiencias a los equipos de las bibliotecas locales que acabarán construyendo la memoria colectiva a través de sus fotografías.
El foco siempre estuvo en que las bibliotecas públicas sean reconocidas por sus comunidades como espacios de encuentro y de diálogo en torno al patrimonio cultural y la memoria. Al mismo tiempo, contribuir a cohesionar de una manera abierta y plural las diferentes comunidades locales, fomentando el orgullo nacional por la historia local y presentar al mundo un rico tapiz de la vibrante historia cultural colombiana.
Llamada a la acción: ¿Te apuntas a co-crear memoria colectiva?
Recogiendo aprendizajes del proyecto “Comparte Tu Rollo” así como proyectos como Open Heritage o CultureLabs, estamos diseñando junto a varios partners internacionales un proyecto cuyo nombre provisional es COMMONS LEGACY DIALOGS (DIÁLOGOS DE LEGADO COMÚN).
Se propone poner el patrimonio cultural al servicio de la construcción de comunidades activando redes locales de organizadores comunitarios, poseedores de colecciones patrimoniales, tecnólogos y académicos para cartografiar en colaboración las memorias y los cambios dejados por los conflictos armados del siglo XX y anticipando los futuros conflictos del siglo XXI. El proyecto creará una red internacional interdisciplinar con experiencia y capacidad para explorar en colaboración el legado de los conflictos a través de la óptica de las culturas de la memoria locales, regionales, nacionales y europeas.
Establecer centros de compromiso comunitario de conexiones donde entren en diálogo versiones de una misma historia, personalizada en archivos ciudadanos, activistas o partidarios con una versión más institucionalizadas de la historia archivos públicos, y relaciones en diferentes ciudades o países (Barcelona, Belfast, Bogotá por citar algunas ciudades), cada uno de ellos centrado en un conjunto diferente de conflictos locales que han dejado legados de división.
En cada Hub, se buscarán formas de identificar objetivos de activismo comunitario que puedan apoyarse a través del patrimonio (como la regeneración urbana, la recuperación tras un conflicto o la preservación del medio ambiente) y trabajará para integrar los procesos de archivo y narración comunitarios en las reuniones y prácticas habituales de los organizadores locales. El proyecto buscará formas adecuadas de celebrar actos basados en el patrimonio, considerando jornadas públicas de recogida y escaneado comunitario, círculos de narración y reminiscencia o sesiones de edición y enriquecimiento.
El resultado del proyecto será el fortalecimiento de las comunidades locales de toda Europa, mostrando el camino hacia un modelo internacional reproducible que haga avanzar eficazmente a las comunidades más allá de los legados heredados de luchas y conflictos duraderos y hacia la pacificación y la autocreación de la identidad cultural necesarias para ampliar el gran experimento de la europeización. Los resultados del proyecto se plasmarán en formas digitales reutilizables y se sintetizarán en recomendaciones políticas aplicables.
¿Te apuntas?