Futuros
Escuela de Creatividad y Democracia: conectando afectos, reimaginando la democracia
El 87% de los jóvenes no se sienten escuchados por los políticos. Sin embargo, el 92% se muestra muy preocupado por los problemas sociales. ¿Qué hacemos? No podemos permitirnos que toda una generación desconecte de la cosa pública. ¿A qué futuro nos abocaría?
En un contexto de desafección, polarización y desinformación generalizada, hace falta plantear nuevas formas para involucrar a la juventud y hacerla capaz de incidir en las administraciones públicas.
Sabemos que la juventud participa continuamente en procesos políticos, aunque de formas diferentes y nuevas: firma de peticiones, consumo consciente, graffiti, con sus declaraciones en redes, así como mediante flash mobs y actuaciones callejeras, protestas o manifestaciones.
Pero, ¿cómo cubrimos la distancia entre la calle y las instituciones?
Presentamos la Escuela de Creatividad y Democracia, un itinerario formativo para preparar a los nuevos profesionales de la deliberación en la elaboración participativa de políticas públicas, teniendo en cuenta el cuidado interseccional y apoyándose en metodologías inspiradas en las artes escénicas y visuales.
En la Escuela, apostamos por incorporar metodologías creativas al derecho de los ciudadanos a la participación política, para dotar de nuevas herramientas a la juventud a la hora de decidir sobre su futuro.
Pensamos que los diálogos y asambleas deliberativas son una forma de dar cabida y canalizar esa creatividad, capacidad e interés para afrontar problemas públicos y políticos, pero hace falta remover un poco el corsé en el que se encuentran y hacerlas más estratégicas, más efectivas y, porqué no, también más divertidas.
Cuatro perfiles profesionales, un mismo recorrido
Si entendemos la participación como el indicador que nos muestra la salud democrática de un país, el grado de activación de su ciudadanía y el compromiso de las instituciones públicas en los asuntos que afectan a toda la sociedad nos daremos cuenta que, si bien desde hace un par de décadas venimos surfeando lo que ha venido a llamarse la ola deliberativa de la democracia, hace falta mucho más para convencer a los nuevos participantes de la vida pública de que es posible recuperar el poder de la ciudadanía y tomar las riendas de su compromiso político.
Partimos de la base de que, si comprendemos el contexto local, nos damos tiempo para establecer relaciones de confianza con los agentes locales y utilizamos el proceso participativo para apoyar la acción de las bases y las agendas políticas existentes, podremos contribuir a integrar la elaboración de políticas participativas.
En este sentido, la Escuela propone varios módulos comunes de conocimiento y otros de especialización, además de prácticas, ensayos y prototipados.
En los módulos comunes aprenderemos a explorar las cuestiones sociales que a todos nos afectan, conoceremos las formas de participación existentes y las que están por llegar, y sabremos manejar el modo en que somos capaces de tomar decisiones colectivas.
A partir de ahí, cuatro itinerarios especializados: la facilitación, la participación digital, la investigación creativa y la incidencia ciudadana, cuatro ámbitos profesionales capaces de activar el potencial colectivo de una sociedad en forma de procesos participativos.
Metodologías disruptivas
La Escuela, a través de nuevas formas creativas de pensar, propone:
- aprender a facilitar procesos de forma segura, mediante técnicas del teatro legislativo, que respeten la ética interseccional.
- entender cómo es posible traducir al formato audiovisualun proceso participativo (y como activarlo a través de su lenguaje)
- poder diseñar procesos digitales de participación que aglutinen a miles de personas
- experimentar a la hora de sacar conclusiones de todo el procesodeliberativo tomando conciencia de las implicaciones que supone formar parte de la misma experiencia.
Todo ello a través de metodologías disruptivas, como el** teatro legislativo,** la resistencia tímida, las técnicas de desnombramiento o la elaboración de etnofanzines participativos.
Procesos abiertos y por abrir
Toda la estrategia formativa de la Escuela está concebida para ser aplicada y, en este sentido, son varios los procesos que la Escuela pone a disposición de la comunidad.
Además de una serie de acuerdos con instituciones y entidades públicas que permita a las participantes implicarse en procesos institucionales activos, como la Convención Ciudadana de la Vivienda o la Estrategia por una Sociedad Longeva y una Vida Llena, de la Generalitat de Catalunya.
A nivel local, la Escuela ofrecerá la posibilidad de participar, desde la facilitación, en la dinamización de una Unidad Didáctica “Democracia y creatividad” en escuelas e institutos. A nivel regional, la participación en el proyecto Mindset Revolution para mejorar las políticas públicas sobre salud mental interseccional en jóvenes, con la Universidad de Birmingham y el Kasal de Joves de Roquetes. Y, a nivel estatal, colaborar con la Asamblea Cívica española en su empeño por crear una asamblea de ciudadanos sorteados en Europa.
A mí me interesaría un documento que abordara el racismo, el antirracismo, la derogación de la ley de extranjería, la eliminación de los CIEs, el legado colonial en las ciudades españolas, la descolonización del currículum, etc. Pero una vez recogido todo eso, me gustaría que pasara por un proceso político para que tuviera fuerza legal
Finalmente, un proyecto necesario, pero no por ello menos difícil de llevar a cabo, la redacción de la Constitución Migrante a partir de un ejercicio de nuevas narrativas con la intención de elaborar el documento que lleve al Congreso de los Diputados la mirada interseccional sobre la realidad española.
La participación como dinámica interna
Los participantes de la Escuela tendrán su propio podcast dedicado a la deliberación, a través del cual se realizarán entrevistas a profesionales de la participación y se invitará a iniciativas ciudadanas.
De esta forma, se establecerá una red abierta con la sociedad civil donde compartir y pensar en común los grandes temas de actualidad social.
Asimismo, la Escuela pondrá a disposición una plataforma digital de participación ciudadana desde la cual poder realizar simulaciones que tengan que ver con las cuestiones tratadas durante la formación y llevar a cabo iniciativas reales de participación.
¿A qué aspiramos?
La Escuela aspira a ser un puente con las organizaciones e instituciones vinculadas a la participación y una oportunidad para integrarse en ellas y, con ello, transformarlas.
Desde la facilitación: formar parte de una nueva generación de personas facilitadoras de diálogo, capaces de manejar las complejidades del debate público, que aspiren a la despolarización y sean capaces de crear espacios seguros.
Como desarrolladores de procesos de participación digitales: personas capaces de diseñar y llevar a cabo una estrategia que armonice la opinión de miles de personas para, finalmente, hacer emerger recomendaciones comunes, complejas y realistas.
Desde la investigación creativa: profesionales que puedan formar parte en consorcios de proyectos europeos, colaborando desde la docencia en instituciones académicas y becas de investigación, desarrollando nuevas modalidades de periodismo de investigación.
Y desde la incidencia ciudadana: ciudadanos dipuestos a apoyar o iniciar campañas de incidencia política a partir de piezas detonadoras de debate social, sea desde el inicio de los procesos participativos, sea para dinamizar sus conclusiones de manera más efectiva.
Una comunidad en movimiento
En definitiva, una comunidad en movimiento que, a través de la investigación y la práctica, aporta nuevas experiencias políticas de emancipación personal y colectiva, ofreciendo una nueva forma de sentir la democracia.
