Futuros

Foro sobre Deliberación, Creatividad y Democracia: la deliberación ciudadana se abre paso

21/agosto/2024 por Cristian Palazzi
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Cristian Palazzi

Cristian Palazzi

Director de Incidencia y Movilización Ciudadana

Filósofo en Fundación Platoniq y asesor de campañas de crowdfunding cívico en Goteo.org.

Presentamos el Foro sobre Deliberación, Creatividad y Democracia. Un espacio de encuentro y de debate, que se celebrará en Barcelona entre el 15 y el 18 de octubre, donde se tratará de dar respuesta a preguntas cómo: ¿es posible mejorar la democracia? ¿Tiene sentido hablar políticamente de las nuevas generaciones? ¿Cuál es la capacidad de influencia de la sociedad civil organizada? ¿Somos marionetas en un sistema que no se sostiene?

La forma en que nos organizamos políticamente y tomamos decisiones viene determinada por siglos de tradición y de intercambio. El sistema que reconocemos ahora como válido, la democracia representativa, no es más que la última de las expresiones que ha tomado la organización social durante las últimas décadas.

Festival de la participación, Bologna, 2021

Esta idea de representación se basa en una concepción de la ciudadanía como conjunto de electores que con su voto determina las formas que toma el poder político. El ciudadano de a pie no es más que un número y no se le exige necesariamente su implicación en los asuntos comunes, más bien se le presupone cómo sujeto pasivo de derechos, la principal característica del cual es la libertad y pluralidad de intereses. A partir de aquí, el sistema de partidos se conforma a base de conjuntos más o menos homogéneos de ciudadanos, que ven representados sus intereses en función de sus votos.

En paralelo a la democracia liberal, existen otras maneras contemporáneas de entender la democracia: la democracia republicana, por ejemplo, que no pone el foco en el individuo como sujeto pasivo de derechos sino como sujeto activo que sustenta una comunidad concreta que hay que reconocer.

En este segundo caso, la virtud cívica de la ciudadanía, la que sirve como fundamento para el ejercicio del poder político, se basa en una actitud activa, que se expresa no sólo a través del voto, sino en otras más directas, como las asambleas o los diálogos ciudadanos.

La Asamblea Ciudadana para el Clima de España aprueba sus recomendaciones

Si la democracia liberal se define desde la idea de representatividad, la democracia republicana, en cambio, guarda dentro de sí la idea de participación y deliberación. No es menor que uno de los padres de la democracia republicana, John Dewey, sea uno de los principales referentes de la democracia deliberativa, Jürgen Habermas. No entraremos aquí en la influencia del pragmatismo americano en la teoría de la comunicación habermasiana, sencillamente decir que ambos comparten la opinión de que son los ciudadanos los que, en la interacción social y sus prácticas asociadas, tejen una malla intersubjetiva que sustenta el poder político a través del encuentro ordenado de opiniones diversas.

Los procesos deliberativos representativos ofrecen la oportunidad de encontrar mejores soluciones, ya que aprovechan la inteligencia colectiva y la diversidad cognitiva de un grupo
Hélène Landemore

En las últimas décadas, la «ola deliberativa» ha ido creciendo. Como señala la OCDE en su informe de 2020, las autoridades públicas de todos los niveles de gobierno recurren cada vez más a asambleas de ciudadanos, jurados, paneles y otros procesos deliberativos representativos.

En estos procesos, dice el mismo informe, “los ciudadanos elegidos al azar, que constituyen un microcosmos de una comunidad, dedican un tiempo considerable a aprender y colaborar a través de la deliberación facilitada para elaborar recomendaciones colectivas informadas para las autoridades públicas”

Sesión preparatoria para el Diálogo Global sobre los Océanos, facilitada por Platoniq y Raons Públiques, organizada por Missions Publiques.

No es casual entonces que entre 2018 y 2021 aparecieran las principales redes internacionales del ámbito deliberativo, Democracy R&D, FIDE (Federation for Innovation in Democracy Europe), KNOCA (Knowledge network on Climate Assemblies) y OECD Innovative Citizen Participation Network. Y que desde 2023 exista Delib, la red de organizaciones y personas que impulsan y promueven la democracia deliberativa dentro de la península ibérica.

En otro artículo, “Hacia la democracia climática: siete asambleas ciudadanas y un Manifiesto”, ya hacíamos referencia a las múltiples experiencias de participación ciudadana que se han extendido por toda la península. Barcelona, Mallorca, Lisboa son algunas de las ciudades que, junto a Besaya o Gipuzkoa, han llevado a cabo asambleas climáticas para debatir el futuro de la crisis climática. Todas ellas desbordadas, en el buen sentido, por la Asamblea Ciudadana para el Clima de ámbito estatal que, en 2022 alcanzó 172 recomendaciones bajo el mandato de la pregunta: “Una España más segura y justa ante el cambio climático, ¿cómo lo hacemos?”

La ecuación de la democracia deliberativa no es fácil de solucionar. Quizás una de las personas que mejor la ha definido es James Fishkin (2009), según quien existe un trilema cuando hablamos de valores democráticos: igualdad (política), participación (masiva) y deliberación (significativa). A más igualdad y participación, menos deliberación, nos dice; a más participación y deliberación, menos igualdad; y, a más igualdad y deliberación, menos participación.

Trilema de Fishkin

Ante estas coordenadas aparecen siempre nuevos retos que se intentan desde la academia, la sociedad civil y el poder político organizado afrontar de formas cada vez más innovadoras. A la vez que se pone el foco en la participación comunitaria, cercana a los problemas de la gente, para resolver de forma efectiva sus inquietudes de forma compartida.

  • ¿Cómo escalar la deliberación a escala global?
  • ¿Cómo compensar la infrarrepresentación de colectivos menos considerados?
  • ¿Cómo acerca la deliberación a los municipios más pequeños para mejorar el orden social tradicionalmente establecido?
  • ¿Tiene sentido hablar de “deliberación en enclaves”?
  • ¿Cómo mejorar la transmisión de conocimiento especializado en la fase formativa del proceso deliberativo?
  • ¿Podríamos incluir a los ríos, a los animales, a los océanos en la deliberación pública?

El debate sobre estos y muchos otros temas tendrá lugar en el Foro de Deliberación Creatividad y Democracia en el Canódromo de Barcelona, entre el 15 y el 18 de octubre, en una programación que tiene previsto acoger:

Un extenso programa, que alternará sesiones abiertas y cerradas al público, para acercar al público y a los profesionales de la administración y la participación a las nuevas formas de deliberación ciudadana, sus casos más paradigmáticos y las oportunidades de futuro.

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