La crisis climática no es una posibilidad, es real. Y aún más preocupante es la lentitud con la que se están adoptando medidas para mitigar sus efectos. A pesar del esfuerzo asambleario que se está haciendo a lo largo y ancho del país, falta mucho más compromiso para que la democracia climática sea efectiva.
Hace un par de años que la península ibérica presenta un movimiento disperso pero constante en lo que se refiere a la organización de asambleas que tienen que ver con el futuro climático de esta región del mundo. Primero fue Besaya, en Cantábria, más tarde Barcelona, Mallorca, Guipúzcoa, Lisboa… También hubo una asamblea de carácter nacional, y hace pocas semanas ha empezado la Asamblea Ciudadana por el Clima en Cataluña.
Desde la red Delib, de la cual la Fundación Platoniq forma parte, se está impulsando un trabajo de acompañamiento y seguimiento de las diferentes experiencias tanto en España con en Portugal, con el objetivo de hacer efectivas herramientas deliberativas en el sistema político.
Con ese fin, visibiliza las Asambleas ciudadanas, y acompaña a las organizaciones y personas que las promueven, diseñan e implementan, y en este sentido se recogen algunas de las experiencias más recientes.
En adelante vamos a repasar cómo fueron esos procesos, dónde llegaron y cuál es el estado de las recomendaciones que surgieron de ellos.
1. Besaya
Bajo la pregunta: ¿cómo aprovechar los fondos europeos en la zona de Besaya para crear y mantener empleos respetando criterios de una transición ecológica justa e inclusiva? Un jurado de Besaya, comarca de Cantabria, que sumó a treinta personas de diez municipios, publicó en julio de 2021 un informe con 25 recomendaciones aprobadas con más del 80% de los votos, divididas en tres grandes bloques o estrategias: reconversión industrial y economía circular; medio ambiente y energías renovables; y patrimonio azul.
Dos años después, en abril de 2023, la Consejería de Economía y Hacienda del Gobierno de Cantabria aceptó trece de las recomendaciones y rechazó diez de ellas. La respuesta pública puede consultarse aquí.
El proceso fue elaborado con la facilitación de Deliberativa y la colaboración con la OCDE.
2. Barcelona
Entre el 24 de junio y el 16 de diciembre, se tuvo lugar en Barcelona la Asamblea Ciudadana por el Clima. Promovida por el propio Ayuntamiento, contó con la asistencia técnica del Área de Ecología Urbana y de la cooperativa Raons.
Para diseñar la Asamblea se tomaron como referencia tres procesos deliberativos celebrados durante el 2021: la Asamblea Ciudadana para el Clima (España), la Scotland’s Climate Assembly (Escòcia) y el Foro Joven BCN. Como primer paso, el Ayuntamiento envió una carta a 20.000 vecinos y vecinas de la ciudad de entre 16 y 75 años en la que se les invitaba a participar en la Asamblea Ciudadana por el Clima, con la pregunta: “¿Qué podemos hacer para hacer frente a la emergencia climática?”. De éstos, unas 1.500 personas respondieron positivamente a la llamada. Posteriormente, se eligieron a 100 de estas personas al azar, siguiendo criterios que garantizaran que el grupo escogido fuera demoscópicamente representativo de la sociedad barcelonesa en términos de diversidad de género, edad, distrito de empadronamiento, lugar de nacimiento y nivel de estudios.
Tras tres meses de capacitación, deliberación y votación, finalmente se aprobaron 34 recomendaciones y actualmente se ha formado una Comisión de seguimiento de la cual se espera una respuesta institucional.
3. Mallorca
En febrero de 2023, la Asamblea del Clima de Mallorca, compuesta por 60 ciudadanos escogidos representativamente, presentó 56 propuestas de cambio para la isla de las cuales 22 fueron rechazadas por la administración y 34 aprobadas y estarían en vía de estudio para su implementación.
La asamblea, impulsada por la Universitat de les Illes Balears, con el apoyo del Govern Illes Balears y el Consell Insular de Mallorca, se estructuró para poner el foco en los dos sectores que generan más emisiones directas de gases de efecto invernadero en las Islas Baleares (la generación de energía y el transporte), por un lado y, por el otro, en los sumideros de carbono (los ecosistemas terrestres y marinos y, potencialmente, los sistemas agrarios). Adicionalmente, se trataron aspectos del metabolismo de la isla especialmente relevantes para la mitigación y adaptación al cambio climático: la generación de residuos, la gestión del agua y la ordenación del territorio.
Puede consultarse la respuesta oficial, aquí.
4. Guipúzcoa
Bajo la pregunta, “¿Cómo podemos garantizar la actividad agraria de Gipuzkoa para hacer frente a la emergencia climática?”, los 32 ciudadanos y ciudadanas que participaron de la Asamblea Ciudadana de Guipúzcoa llegaron a plantear nueve recomendaciones con la intención de promover que “en un futuro el sector agrario fuese más diverso, biodiverso, accesible, flexible, sostenible, autosuficiente, ecológico, rentable y próximo, mediante la cooperación y relación estrecha entre agricultores y organismos oficiales; teniendo en cuenta el relevo generacional”.
Dos meses después, en Marzo de 2023, la Diputación Foral de Guipúzcoa respondió en una carta pública detallando plazos, presupuesto y compromisos concretos para cada una de ellas.
El proceso contó con la asistencia técnica de Arantzazulab, TMelab y Deliberativa.
5. Lisboa
Lisboa cuenta con un Consejo de Ciudadanos reconocido oficialmente por la Cámara Municipal que desde hace dos años trabaja conjuntamente con técnicos y políticos en temáticas relacionadas con el clima y la calidad de vida.
Las temáticas abordadas han sido: en 2022: ¿Qué tenemos que hacer en Lisboa para enfrentar las alteraciones climáticas? y en 2023: ¿Cómo hacer realidad la ciudad de los 15 minutos?
Estructuradas en siete áreas de influencia, las respuestas a la primera pregunta consiguió el consenso en mayoritario en 32 recomendaciones, además de ayudar a consolidar un grupo y una metodología que ha repetido experiencia en 2023, alcanzando las 15 recomendaciones en 5 materias: educación, cuidado, movilidad ocio y comercio.
6. España
Del 20 de noviembre de 2021 al 22 de Mayo de 2022 se llevó a cabo la mayor iniciativa de participación ciudadana sobre el clima en España, con el objetivo de establecer un diálogo social sobre las grandes cuestiones que implica la transición ecológica. La experiencia giró en torno a la pregunta: “Una España más segura y justa ante el cambio climático, ¿cómo lo hacemos?”
De acuerdo con la Orden Ministerial del 8 de Octubre de 2021, la Asamblea tenía por obligación “acordar unas recomendaciones que servirán para el debate a todos los niveles de la Administración Pública y de los actores de la economía y la sociedad y que se mandarán al Gobierno y al Congreso de los Diputados, por los cauces establecidos legalmente, para asegurar el conocimiento de las propuestas y las preferencias de la ciudadanía sobre cómo alcanzar la neutralidad climática y mejorar nuestra capacidad de adaptación”.
La selección de las 100 personas que formaron parte se hizo a través de un equipo técnico independiente aplicando una metodología que asegurara la aleatoriedad, que permitiera preservar la calidad y representatividad de la muestra,
basada en criterios como la edad, género, nivel educativo, procedencia geográfica, y residencia en área urbana o rural, entre otros. A través de seis reuniones virtuales se llegaron a proponer 172 recomendaciones redactadas a la luz de ocho principios, apoyados por el 86,7% de los asambleístas:
- Principio de desarrollo sostenible, que incorpora los criterios de justicia social, intra e intergeneracional
- Principio de precaución
- Principio de prevención
- Principio de quien contamina, paga
- Principio de no regresión
- Principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas, teniendo en cuenta las capacidades respectivas y atendiendo criterios de justicia climática
- Principio de cohesión social y protección de colectivos vulnerables
- Principio de descarbonización de la economía española, entendiendo por tal la consecución de un modelo socioeconómico sin emisiones de gases de efecto invernadero
Coordinada por la Oficina Española de Cambio Climático, con apoyo de la Fundación Biodiversidad, los resultados de la Asamblea esperan aún respuesta oficial.
7. Cataluña
El Govern de la Generalitat de Cataluña quiere escuchar y recoger las propuestas de una muestra diversa de la ciudadanía catalana sobre la crisis climática. En concreto, se ha activado recientemente una Asamblea Ciudadana con el objetivo de debatir y proponer políticas públicas relevantes en materia de energías renovables y el modelo de alimentación para el futuro.
Siguiendo la misma metodología que la Asamblea nacional, los participantes se reunirán durante un total de 6 sesiones de trabajo entre la sesión inaugural del 18 de noviembre de 2023 y la sesión final del 10 de febrero de 2024.
Hasta el momento se han propuesto 55 recomendaciones, que tratan cuestiones como la cadena alimentaria, la producción agroecológica o el despliegue de la energía fotovoltaica y se encuentran en fase de debate. Está previsto que el 13 y el 27 de enero se elaboren las recomendaciones definitivas.
Como en los demás casos, se trata de una experiencia y oportunidad únicas para ser parte activa de un proyecto de mejora democrática y participar, más allá del voto, en la definición de políticas públicas.
El Manifiesto de la Asamblea Ciudadana para el Clima
Una vez presentado el trabajo realizado por la Asamblea Ciudadana para el Clima, fueron muchas las organizaciones que prestaron su apoyo para impulsar las 172 recomendaciones salientes con el objetivo de combatir el calentamiento global con políticas transversales: Juventud por el Clima, Ecologistas en Acción, Consejo de la Juventud de España, Rebelión científica, Greenpeace, Amigos de la Tierra, Extintion Rebellion, WWF, Fundación Renovables, SEAE, We Move Europe… y hasta 40 personalidades relevantes de la defensa por la Tierra, como Yayo Herrero, Antonio Turiel, María Serra o Joan Font.
Sin embargo, a casi dos años del inicio de sus deliberaciones, estas ambiciosas medidas continúan invisibilizadas y sepultadas por las autoridades y los poderes públicos. En consecuencia, denunciamos con preocupación que el Gobierno haya decidido abandonar uno de sus más importantes compromisos inaugurales: la democracia climática y la justicia ambiental que son ahora una emergencia vital para toda la sociedad española.
Es por ello que desde Democracia por el Clima llamamos al gobierno de nuestro país a liderar a nivel Europeo la democracia deliberativa con un Pacto de Estado Ecológico para hacer frente a la emergencia climática y para ello se propone que puedas adherirte a este “Manifiesto por la democracia climática”.
Este llamamiento nos convoca a todas, especialmente a los gobiernos y poderes políticos para que apliquen las recomendaciones de la Asamblea Climática y las blinden mediante un pacto que consiga superar las barreras que han impedido hasta ahora una acción contundente en la lucha contra el cambio climático. Su propuesta, si bien desafiante, es una renovada forma de encarar esta crisis: ampliar la democracia para hacer frente a la emergencia climática. Este es el grito de auxilio que se transmite en el Manifiesto.
En su esencia, el Manifiesto en concreto hace hincapié en una estrategia que ha demostrado ser fructífera en países como Francia y el Reino Unido: la creación de Asambleas Ciudadanas que, alejadas de las presiones partidistas y de los lobbies, pueden afrontar las decisiones necesarias para impulsar la transición ecológica. En este sentido, uno de sus principales aciertos es reconocer que la transición ecológica no solo es una cuestión de tecnología o de regulación, sino también de participación ciudadana y de justicia social. Y que solo a través de la participación ciudadana y la justicia social podemos garantizar una transición energética justa y sostenible.
Firma la petición. Sigamos empujando la democracia climática
El Manifiesto no es solo un llamado a la acción urgente frente al cambio climático, sino también un manifiesto por la democracia climática, una propuesta para redefinir cómo tomamos decisiones sobre nuestro planeta y nuestro futuro donde todo el mundo es invitado.
El Manifiesto nos recuerda que el cambio climático es más que un problema ambiental; es un desafío que requiere de un compromiso colectivo y de un profundo cambio en nuestra forma de gobernar y de vivir.
Las recomendaciones de las Asambleas Ciudadanas son solo un primer paso para definir un rumbo hacia una transición ecológica justa y sostenible. Pero estas propuestas deben estar respaldadas por políticas públicas audaces y por la voluntad de todas las partes interesadas, incluyendo a los ciudadanos, los gobiernos, las empresas y las organizaciones de la sociedad civil. Es, en definitiva, un llamado a la acción que no podemos ignorar.
No es solo el futuro de nuestro planeta lo que está en juego, sino también nuestro presente, nuestra salud, nuestra economía y nuestra democracia. Te animas a organizar la tuya en tu comunidad autónoma? ¡El Basque Centre for Climate Change acaba de lanzar una Guía para el diseño, organización y facilitación de asambleas ciudadanas climáticas!
¿Quienes somos?
La Fundación Platoniq forma parte, además, de Marea Deliberativa, la iniciativa que ha lanzado este llamamiento y promueve la participación ciudadana para fortalecer la democracia a través de las Asambleas Ciudadanas. Su objetivo es abordar los desafíos actuales, como la emergencia climática, la desigualdad y otros problemas sociales, mediante un enfoque colaborativo y basado en el diálogo.
En un contexto en el que la política se ha convertido en un espectáculo vacío de soluciones efectivas, Marea Deliberativa aspira a un sistema político más transparente y participativo, involucrando a personas dispuestas a escuchar, aprender y trabajar juntas para abordar los problemas y encontrar soluciones comunes.
Nota: versión actualizada del artículo: El manifiesto por la democrácia climática, publicado en el nº1 del Wilder Journal