Entrevistas
Cine Ciutat y Espai Texas Micromecenazgo: una herramienta clave para las iniciativas culturales
Si alguna vez has dudado del poder de la comunidad para salvar y transformar los espacios culturales, te presentamos dos iniciativas que están cambiando el panorama del cine en España: CineCiutat en Mallorca y el proyecto Espai Texas en Barcelona. Estos dos proyectos, impulsados por la comunidad y la participación ciudadana, están redefiniendo el concepto de lo que puede ser un cine.
CineCiutat es el resultado de un movimiento ciudadano que se negó a permitir que su cine local, el Renoir, cerrara sus puertas. Hoy en día, este cine se autogestiona gracias a sus socios, y ofrece mucho más que películas: entre sus programas se encuentran clases de cine, laboratorios y una variedad de eventos. Los miembros de CineCiutat no solo tienen voz y voto en las decisiones del cine, sino que también disfrutan de ventajas como 12 entradas al año, entradas a 4€ y descuentos en ocio. La estructura de la organización es un modelo de democracia participativa, con una Junta Directiva elegida cada dos años por la asamblea de socios y tres círculos de trabajo compuestos por voluntarios miembros de la asociación.
Por otro lado, en Barcelona acaba de inaugurarse hace pocos meses otro proyecto emocionante: Espai Texas. Su objetivo es transformar los antiguos cines Texas en un nuevo espacio cultural, que incluye dos salas de cine, un teatro y un área de bar en la entrada, y para ello han contado con una combinación entre subvenciones públicas, aportaciones de capital privado y una campaña de micromecenazgo en Goteo.org
CineCiutat y Espai Texas son ejemplos vivos de que las comunidades pueden intervenir para salvar y transformar espacios culturales. En un mundo donde los cines independientes enfrentan amenazas constantes, estos proyectos son un recordatorio de lo que se puede lograr cuando las personas se unen por una causa que les importa.
Fundación Platoniq: Para empezar, me gustaría preguntar cómo llegasteis cada uno a su proyecto y qué es lo que os ilusionó tanto como para implicaros en él…
Javier Pachón (CineCiutat): Yo siempre digo que yo era como un perro persiguiendo coches, porque tenía muchos intereses y estaba en un punto de mi vida un poco extraño. Pero en aquel momento dejé justo un voluntariado, cerraron el cine Renoir aquí en Palma y necesitaban voluntarios, gente para la Junta Directiva, y me apunté. Al tener tantas vertientes: ambientales, culturales, sociales, aglutinaba, desde la innovación tecnológica, muchos de mis intereses. Así que me sirvió como un prisma, como un lugar muy chulo para jugar. Y aquí llevo diez años, casi once años ya, jugando.
Sem Pons (Espai Texas): Mi historia es larga pero la resumiré. Hace como un año y medio, Anna Rosa Cisquella, que es la productora ejecutiva de Dagoll Dagom, me dijo: mira, escúchame, a Isona Passola, que es muy amiga mía, productora de cine, le ha llegado a sus manos una posibilidad, que es la de recuperar los Cinemes Texas de Barcelona, y creemos que podría ser una buena idea que una de las salas sea un teatro. ¿A ti te gustaría hacerlo? ¿Te gustaría sumarte a la aventura? Dije que sí desde el minuto uno, porque además es algo que siempre me había apetecido mucho, tener un espacio propio, no solo comunicar, sino poder gestionarlo, poder programar, poder dar mi opinión, y desde el principio dije que sí. Además, el Texas es un lugar súper emblemático, y decir que no era muy extraño.
Sí que es verdad que en el momento en que nos llegó la propuesta, fue a principios del 2021, perdón, del 2022, y aún estábamos un poquito arrastrando que si Omicrons y Covid. Era prácticamente un suicidio, pero dijimos da igual, nos tiramos de la moto y ya veremos qué pasa.
FP: Son dos iniciativas bastante diferentes. Una lleva ya una década, la otra, aunque es una historia que viene de atrás, inicia algo nuevo. La pregunta sería: ¿qué os aportó hacer la campaña?, ¿cómo lo vivisteis?, ¿qué pensáis del impacto que pudo tener?.
ET: Yo lo tengo más fresco, lo tengo superfresco. Nos ha aportado muchísimas cosas. Cuando nos llegó la propuesta, aún no teníamos ni siquiera la certeza de que pudiéramos alquilar el espacio porque la propiedad estaba cambiando. Hasta que llegamos a finales de marzo, que es cuando lanzamos la campaña, que fue la primera vez que dijimos públicamente que aquello iba a pasar. Hasta ese momento era un secreto a voces. Lo habíamos ido comentando con gente de la profesión y poco más, decíamos: vamos a poner en marcha una campaña de mecenazgo, pero no tenemos ni idea de qué acogida tendrá.
Cuando lo anunciamos, hicimos la rueda de prensa, pusimos en marcha la campaña el primer día, no recuerdo exactamente, pero creo que acabamos con unos 20.000 euros en las primeras horas. Fue un, ¡vaya!, que parece que esto sí que tiene buena pinta. Nosotros pensábamos que nuestro objetivo, al menos el mío, eran 40.000 euros. Y yo decía, seguro que no lo conseguiremos, seguro que no. Pero ha sido maravilloso. La campaña nos ha ayudado obviamente con la financiación, porque la necesitábamos. Sin ese dinero, no podíamos sacar adelante el proyecto. Era imposible.
Y, más allá de eso, te genera comunidad. Y eso era algo que para nosotros era imprescindible. No queríamos ser unos intrusos que llegaran y lo hicieran a espaldas de la gente. Esa complicidad que se ha formado con la gente del barrio, con Goteo, ha sido espectacular. Porque hemos podido conocer a la gente de cerca, hemos podido hablar con ellos, mucha gente nos ha escrito, mucha gente nos ha dicho cosas. Ir tejiendo esta red ya desde el principio, antes de abrir, está muy bien.
CC: Sí, en nuestro caso, hablamos con vosotros un par de veces. Nosotros empezamos como plataforma, sin hacer una campaña de crowdfunding, pero es evidente que CineCiutat volvió a nacer a través del crowdfunding. En 2019 recibimos una inspección aleatoria del departamento técnico del Ayuntamiento y nos dijeron que la instalación eléctrica no estaba en normativa y teníamos que hacer cambios. Pero no teníamos suficiente dinero para afrontar ese gasto. Fue entonces cuando decidimos poner en marcha la campaña.
Empezamos a construirla a finales de 2019 y la lanzamos el 12 de febrero de 2020. Recibimos un gran apoyo de la gente, cosa que nos sorprendió gratamente. Desde Goteo fueron muy generosos y nos dieron opciones para decidir si queríamos ampliar o no. Decidimos seguir adelante y obtuvimos los fondos necesarios para hacer los cambios en las instalaciones. El crowdfunding no solo nos proporcionó los recursos económicos, sino que también nos ayudó a reconectar con la comunidad y descubrir nuevos públicos.
FP: ¿Qué creéis que puede hacer el crowdfunding para iniciativas del mundo de la cultura y de la creatividad?
CC: Creo que el crowdfunding es una herramienta clave para este tipo de iniciativas. Por un lado, permite obtener los recursos económicos necesarios para llevar a cabo los proyectos. El dinero es importante para sobrevivir en el día a día. Pero al mismo tiempo, el crowdfunding también ayuda a construir una comunidad alrededor del proyecto. Es una forma de conectar con las personas, generar sinergias y descubrir nuevos públicos. Además, el crowdfunding puede ayudar a establecer una relación más profunda con la comunidad y darle un sentido de pertenencia. En definitiva, el crowdfunding es una combinación de financiamiento y comunidad que puede apoyar y hacer crecer las iniciativas culturales y creativas.
FP: ¿Cuál ha sido vuestra experiencia concreta con el crowdfunding?
CC: En nuestro caso, el crowdfunding nos ha ayudado a superar momentos difíciles y a seguir adelante. Ha sido una forma de captar recursos económicos, pero también nos ha permitido conectar con la comunidad y generar un sentimiento de apoyo e implicación. Además, hemos descubierto nuevos públicos y establecido relaciones con colectivos y personas que no habíamos considerado antes. En resumen, el crowdfunding ha tenido un impacto positivo en nuestro proyecto cultural y nos ha ayudado a crecer y mantenernos vivos.
ET: El mecenazgo y el apoyo de la comunidad han sido conceptos clave para comunicar y explicar lo que queremos hacer. Hemos encontrado en esta forma de financiamiento una manera saludable de vehicular nuestras ideas y objetivos. No sé cómo expresarlo exactamente, pero el mecenazgo nos ha permitido transmitir lo que queríamos explicar y realizar. También hemos descubierto muchas cosas, como mencionaba Javier, que nos han sido muy útiles. Una vecina de la calle de al lado nos escribió informándonos que teníamos una tubería obstruida y no sabía cómo contactar con nosotros hasta que encontró esta opción. Resulta que quería decírnoslo desde hace tres años, pero no sabía con quién hablarlo.
Hemos aprendido historias sobre el Texas de los últimos cien años que desconocíamos por completo, y esto nos ha permitido recuperar la memoria del espacio. El mecenazgo nos ha servido para muchas cosas, como dar vida a este espacio e interactuar con la gente del entorno, que era precisamente lo que queríamos lograr.
FP: Parece que la memoria es un tema importante para vosotros…
ET: Sí, en nuestro caso, queremos reivindicar el valor de la memoria. Cuando empezamos, éramos como el elefante en una cacharrería. Éramos once personas en un proyecto que conocíamos en cierta medida como usuarios, pero no conocíamos todos los detalles y sutilezas de este espacio. Durante esta campaña, muchos vecinos nos han contado historias sobre el Texas y su larga historia, cosas que no hubiéramos sabido de no ser por esto. Eran historias de la memoria popular que se habrían perdido si no las hubiéramos descubierto. Me parece algo fascinante. Nos han traído fotografías, nos han contado que este lugar fue un comedor social durante la guerra civil… Son cosas que hemos desarrollado en esta campaña y que no habríamos conocido.
CC: Creo que la combinación de nuestro proyecto, centrado en la apertura y las raíces, con el mecenazgo y el apoyo de la comunidad es muy útil para cualquier persona que lo esté viendo. Esto es especial para nosotros, recibir estos correos y llamadas es increíblemente gratificante a nivel personal.
FP: Sin duda, parece una experiencia enriquecedora. También habéis mencionado que mucha gente tiene la concepción de que el mecenazgo es solo para iniciar un proyecto, pero parece que no es así en vuestro caso.
CC: Exactamente, nosotros realizamos la campaña de micromecenazgo cuando ya llevábamos ocho años con el proyecto. No solo se trata del aspecto financiero, sino que nos ayudó a reconectar con la comunidad. El día a día puede ser difícil y, a veces, te encuentras con obstáculos que complican las cosas. La campaña fue muy útil para nosotros, ya que nos puso de nuevo en el mapa tanto a nivel externo como interno, revitalizando nuestras relaciones con la comunidad.
FP: Es interesante que la campaña no esté limitada al inicio o a situaciones de emergencia. Ahora comenzaremos a realizar campañas permanentes, que durarán el tiempo necesario, y aportaciones periódicas para brindar apoyo continuado. Creemos que esta es una opción interesante. Hay varios formatos que podemos explorar y adaptar a las necesidades del proyecto. ¿Qué os parecería recibir aportaciones de vez en cuando o establecer un sistema de renovación de cuota de socia, por ejemplo? ¿Qué utilidad le encontraríais a esto? ¿Os interesaría?
ET: De hecho, cuando planteábamos las diferentes etapas de la comunicación y lo que haríamos, siempre teníamos en una primera fase el tema de Goteo, ya que necesitábamos el dinero para arrancar el proyecto. Al principio no lo veíamos factible, pero siempre teníamos en mente una segunda fase, que es donde estamos ahora, para no quedarnos estancados. Debemos hacer lo que hay que hacer: captar socios, establecer esa conexión de permanencia con el proyecto, como tú dices. Ahora ya has confiado en nosotros y nos has ayudado a empezar, pero ahora nos gustaría que fueras parte del proyecto de forma habitual. Para nosotros, Goteo todavía está un poco adelantado, pero cuando la gente comience a ver lo que ofrecemos, puede ser una herramienta para mantenerlo.
CC: Creo que la palabra clave, como han dicho, es la fidelización. Por lo que explicas, las herramientas de Goteo, en este caso, como herramientas disponibles para adaptarse a las necesidades, me parecen interesantes. Es cierto que, por un lado, uno puede pensar como esas personas que te dijeron antes de la campaña que era una de las cosas más bonitas que puedes hacer en tu vida, y que no la repetirás, porque acaba agotando. Pero también es cierto que, después de un tiempo, cuando ya estás más tranquilo, ves las posibilidades y los aspectos positivos de entender Goteo como un servicio y una conexión permanente que tiene recursos diferentes a los que tú tienes solo como espacio. Cuando estás en modo micromecenazgo, piensas y haces marketing de manera diferente. Por tanto, creo que abrir el abanico de la fidelización y abrirse al barrio es importante.
FP: Sabemos que CineCiutat tiene un programa de voluntariado. Espai Texas no sé si lo han tenido en cuenta. Cineciutat, que ya lleva un tiempo, qué fortalezas encuentran y dificultades, y para ver si Espai Texas consideraría interesante crear una red.
CC: Para nosotros, esto es un viaje, hoy en día, y daría para otra conversación. El tema del voluntariado es un viaje en el que aún estamos. No hemos llegado a ningún punto concreto. Empezamos con una horizontalidad extrema y llegamos a reuniones donde votábamos las decisiones. Yo tenía el pelo largo y estaba en mejor forma, pero después de tantas reuniones, te puede afectar la salud. Nos dimos cuenta, a través de la creación de redes y de la comunidad, y contando con personas especializadas en el tema, que su participación, colaboración y voluntariado tienen vertientes mucho más modernas y contemporáneas de participación que esa horizontalidad extrema. Desde 2018, hemos estado implementando un sistema basado en la holocracia y la sociocracia, que promueve la autogestión y, sobre todo, se diferencia del consenso. Es un sistema que funciona por consentimiento. Si confío en ti y hemos decidido que te encargues de esto o que vuestro grupo se encargue de esto, funcionamos por consentimiento. Aquí tenéis el control y no tenemos que tomar cada decisión en grupo constantemente. Así, esta evolución del sistema de trabajo y combinación de personal remunerado y voluntariado ha sido un viaje muy interesante en esta segunda parte del proyecto.
Hemos ido evolucionando. Ayuda tener este contacto directo con la comunidad y permitir ser un espacio activo con una escucha activa y mecanismos de participación activos dentro de vuestro espacio con la comunidad. Es importante estar abiertos a las variables contemporáneas de la participación y la gestión. Muchas veces, en movimientos asamblearios y participativos, tenemos esta experiencia personal. Venimos de una concepción muy arcaica y primigenia de la participación, que dificulta la evolución de un proyecto.
Hay mucha gente con ganas de participar y encontrar personas con los mismos valores para construir… siempre decimos que Cineciutat no fue salvada por los cinéfilos de Mallorca, sino por la gente, porque encontramos mucha gente que, como tú dices, por filosofía o por lo que sea, quiso salvarla. Ya sea aportando económicamente, o dedicando su tiempo o sus habilidades, porque compartían esta filosofía.
ET: ¿Qué tipo de sociedad queremos? Y ahí es donde nos encontramos con el Texas. ¿Quieres una sociedad donde tengas un cine de barrio, sin tener que desplazarte a una multisala o verlo en Netflix desde casa? ¿Quieres una sociedad donde puedas crear comunidad y contarles a tus hijos: “Mira, hay otra manera de ver cine, la que yo vivía cuando tenía tu edad”? ¿Qué sociedad quieres? Hay mucha gente que se ha implicado, ya sea con su trabajo, su tiempo u otras aportaciones. Porque si no le ponemos trabajo, dinero o algo, la sociedad que queremos no existirá. Creo que eso es esencial.
FP: ¿Os imagináis un YouTube, pero de código libre? Un espacio seguro donde tú puedas ir a ver contenido cultural, y no te salgan anuncios de cryptobross, ni anuncios negacionistas… ¿Qué debería tener este espacio para que lo encontréis interesante?
ET: Que sea ético.
CC: Bueno, iba a decir que sin anuncios de cryptobross, no sé si me apuntaré, porque es la razón principal, esos pre-rolls que en diez segundos te solucionan la vida pero me parece crucial este punto de encuentro. Estamos en una conversación, en el mundo del cine, sobre la traslación del consumo audiovisual dentro del marco digital. Por tanto, es un tema que tenemos muy trabajado, y para mí lo crucial es, primero, no entenderlo como una discusión binaria, sino complementaria.
Creo que una parte crucial para que un entorno digital sea interesante, especialmente para el tipo de público con el que estamos hablando, es tanto la capacidad de crear comunidad dentro del espacio como la curaduría dentro del espacio. Alguien que te toma de la mano y te guía en este espacio, y si tienes manos que te pueden ayudar dentro de este espacio propio. Porque la gran diferencia para mí ahora mismo entre el espacio digital y el espacio físico, cuando el espacio físico hace su trabajo, es la curaduría y el acompañamiento.
Una de las lecciones sociales que pienso yo que hemos aprendido de la pandemia es que, antes de la pandemia nosotros pensábamos que como usuarios lo que queríamos era una “caja negra” con todo el contenido, con un abismo infinito de contenido. Y cuando llegó la pandemia… Tenemos una broma en la industria que dice que el programa más visto en Netflix es la página de inicio, porque te pierdes en este abismo y pasas una hora buscando la película que quieres ver y acabas viendo otra vez el episodio del incendio de The Office porque ya no sabes qué hacer y quieres reírte un rato. Por tanto, creo que esta curaduría, trasladar este acompañamiento que hacemos en los espacios físicos al espacio digital, es clave.
ET: Es muy interesante lo que comentas, porque una cosa que muchos vecinos del Texas nos han dicho es que “a mí lo que me gustaba era ir al Texas a ver qué hacían”, sin saber qué hacían, porque confiaban en el criterio del espacio y decían que “yo cada martes voy al cine y me enseñan lo que sea”, y aprendías muchas más cosas y veías muchas más películas de las que seguramente no habrías visto.
Para mí hay también una parte muy filosófica, entraríamos en un debate súper político, pero ¿de quién es el poder? Es decir, si nosotros dejamos el poder en manos de las grandes corporaciones como YouTube, como Netflix, etcétera, dependemos de decisiones que afectan lo que podemos o no podemos consumir culturalmente. Nos estamos privando a nosotros mismos. Es decir, nosotros podemos elegir entre lo que nos ofrecen, pero si tenemos la posibilidad de reunirnos entre varios y promocionar los productos o contenidos que consideremos, el poder al final lo tenemos nosotros. Y eso, por mucho que parezca una tontería, a largo plazo estamos viendo que no lo es, porque los algoritmos que siempre explicamos no son tal cosa. Los algoritmos son personas que toman decisiones y deciden que el contenido del cripto-bro o de la persona fascista tenga muchas más visualizaciones o sea mucho más recomendado que otros contenidos culturales que podrían abrir perspectivas o diversidades, que no se tienen en cuenta y que están más apartados.
FP: Mirando hacia dónde estamos avanzando como sociedad, preocupan las últimas cancelaciones por censura de actos culturales. No sé si dentro de la entidad, con vuestros colegas, estáis considerando acciones o alianzas. Desde nuestro punto de vista, la única forma de detener el fascismo es en comunidad. Debemos reunirnos, explicarnos, ayudarnos, tejer redes. Esta es la única manera de solucionar este tipo de problemas. El problema de uno es el problema de todos. Si están censurando una obra de teatro que habla de un maestro republicano o una obra de teatro que habla sobre los trastornos alimentarios, nos están censurando a todos. Si no nos juntamos, lo tenemos complicado.
CC: Sí, creo que no hace falta decir mucho más, y es cada día. Esto no es una cuestión tampoco de campaña, ni no va de un post, va del día a día, abrir el negocio y hacer tu trabajo, nuestro trabajo. Sobre lo que decíamos de la sociedad que queremos, nosotros y la programación de Cineciutat y las acciones con otras entidades que hacemos están basadas en un código ético, en una visión y unos valores, y esto nos influye en el día a día.
Este trabajo de no sentir miedo, de decir: uy, ahora este evento no lo hago porque… y hacerlo. Si lo hacía ayer, hoy lo tengo que hacer aún más, con más convencimiento. Yo creo que las acciones puntuales y grupales son cruciales, pero luego también este trabajo del día a día y que la gente vea con normalidad que un martes, cualquier, puedes ir y ver una película de la temática X o Z o lo que sea, creo que eso también es importante, y continuar. No hacer como si no existieran. Actuar, no como reacción a su existencia, sino desde la proactividad de tu existencia me parece clave, porque eso juega un papel en el subconsciente colectivo que me parece importante.
ET: ¿Quien marca el relato? Al final, o te lo marcan o lo marcas tú, y creo que un espacio cultural es quien tiene que marcar el relato. Es así, con las pequeñas cosas, las pequeñas decisiones del día a día, es como marcas tu relato, qué películas programas, qué haces o dejas de hacer, en nuestro caso en el cine y el teatro… Qué hacemos, qué dejamos de hacer, cómo lo explicamos, cómo lo vendemos.
En nuestro caso particular, que es una cosa que no he dicho, pero en los Cinemes Texas el cine será en catalán, es decir, o bien en versión original o subtitulado o doblado al catalán, y el teatro, mayoritariamente, porque no todo es en catalán, y porque hay muchas producciones en castellano que también nos parecen interesantes, pero queremos ir en esa línea. Está claro que son decisiones políticas que se deben mantener día a día para hacer realidad tu relato.