Podemos afirmar que nuestro sistema democrático no está en su mejor momento. Desinformación, fake news, otra ola ultraderechista amenazando al mundo, la desafección política, el auge de discursos populistas, la indefensión de la población ante las grandes compañías tecnológicas que poseen nuestros datos y pueden usarlos para condicionar nuestros intereses políticos o las políticas públicas, etc. Son retos a los que nos enfrentamos como sociedad y el sistema político actual ha quedado lejos de poder darles respuesta.
Al fin y al cabo, llevamos poco más de dos siglos con el mismo modelo democrático, que no ha vivido ninguna modificación sustancial en comparación con la evolución desorbitada que ha vivido nuestra sociedad a todos los niveles. Una democracia parlamentaria en la que elegimos a unos pocos representantes para que tomen las decisiones por nosotros. ¿Se ha quedado anticuado este sistema? Puede que haya llegado el momento de que la ciudadanía empiece a compartir el privilegio y la responsabilidad participar en las políticas públicas.
Y, ¿cómo se consigue una ciudadanía crítica y participativa? En esta ventana de oportunidad para el rediseño de nuestras democracias, las asambleas ciudanas elegidas por sorteo se erigen como una herramienta para una participación ciudadana de mayor calidad. Los distintos ejercicios llevados a cabo en Irlanda, Canadà, Estados Unidos, Francia o Escocia han demostrado que la deliberación ciudadana es capaz de resolver problemas complejos que los parlamentos no han sabido abordar.
Esta primera edición del Wilder Journal la dedicamos comprender los retos contemporáneos de la democracia y a experimentos con las herramientas y prácticas que permiten superarlos. Entrevistamos a personas expertas locales e invitadas internacionales, que plantean una visión global de los problemas contemporáneos, abordan retos concretos y profundizan en las experiencias exitosas que han resuelto problemas reales y constituyen ejemplos vivos a imitar y adaptar en otros lugares. En este momento se trata, sobre todo, de recoger estas experiencias y experimentar de primera mano con nuevas formas de hacer democracia, a través de experiencias prácticas que combinan nuevas tecnologías, grupos deliberativos seleccionados por sorteo y ciencia participativa en la solución democrática de problemas contemporáneos.