En profundidad

De cómo recuperar la gobernanza colaborativa de los bienes arquitectónicos a través de la Design Justice

01/enero/2022 por Nadia Nadesan & Elena Silvestrini
LaFábrika detodalavida
Nadia Nadesan

Nadia Nadesan

Coordinadora de Proyectos Europeos

Es una investigadora de UX, facilitadora de diseño y gestora de proyectos en la Fundación Platoniq que trabaja en la intersección de la Justicia de Diseño y las tecnologías abiertas. Soy miembro fundador de Design Justice Mediterránea y promuevo una agenda hacia la tecnología que incorpora la justicia y prioriza el impacto.

Elena Silvestrini

Elena Silvestrini

Coordinadora de Participación

Elena Silvestrini (ella) es nuestra antena en Roma (Italia). Facilitadora de grupos, diseñadora de procesos y coordinadora de la Oficina de Participación en Fundación Platoniq, donde lleva a cabo facilitaciones, formaciones y asesorías. Su trabajo se enfoca en el desarrollo de metodologías de participación y diseño de procesos orientados a la justicia social, dando siempre un enfoque feminista a la tecnología. Elena forma parte de la Steering Committee del nodo Mediterráneo de la red global Design Justice y es fundadora de “Chayn Italia”, un proyecto colectivo que lucha contra la violencia de género a través de un compromiso crítico con la tecnología, prácticas colaborativas y desarrollo de capacidades.

¿Imaginas una zona industrial abandonada, que los residentes quieren convertir en una escuela comunitaria?

Piensa en un parque frecuentado por jóvenes, pequeños productores ecológicos y un grupo de personas mayores. ¿Puedes imaginar que estos colectivos puedan tomar decisiones sobre este espacio que utilizan cada día?

Imagina un barrio antes abandonado y ahora emergente, en riesgo de gentrificación agresiva, pero con la presencia de una fuerte comunidad de base y del comercio local interesados en participar en el cambio del futuro de su zona para mejor.

En el proyecto OpenHeritage EU, los socios exploraron cómo estos procesos participativos pueden aplicarse al patrimonio. OpenHeritage identifica y pone a prueba las mejores prácticas de reutilización adaptativa del patrimonio en Europa, incluidos los modelos de gobernanza.

Desarrollado y llevado a cabo por Eutropian y Platoniq, el Open Heritage Training Programme se creó con el objetivo de dirigirse a los profesionales urbanos implicados en cuestiones relacionadas con la protección del patrimonio y la reutilización adaptativa. Los lugares abandonados o infrautilizados suponen un reto importante tanto para el sector público como para el privado, pero también representan grandes oportunidades. Por ello, hemos desarrollado módulos de formación para ayudar a los interesados en la reutilización de edificios vacíos o infrautilizados con significado patrimonial simbólico o práctico.

Desarrollado como parte del proyecto Open Heritage y financiado a través del programa de subvenciones Horizonte 2020 de la UE, la Formación OH se basa en la amplia base de conocimientos del proyecto, generada desde su lanzamiento en 2018, en particular, capitalizando los 16 Casos de Observatorio que se desarrollaron en detalle en etapas anteriores del proyecto. 

Los Casos del Observatorio examinan cómo diversos aspectos (por ejemplo, financieros, de gobernanza, territoriales) de la reutilización del patrimonio cultural se unen para formar iniciativas exitosas en diversos contextos locales europeos. 

El Open Heritage Training on Adaptive Reuse se creó en primer lugar, en un aula online alojada en Zoom y utilizando pizarras interactivas MIRO. Las sesiones de formación se celebraron quincenalmente, con los siguientes cinco módulos: (1) Patrimonio, (2) Gobernanza, (3) Financiero y (4) Impactos territoriales de aspectos de la reutilización adaptativa del patrimonio. El último módulo aportó (5) la integración de los aspectos presentados anteriormente en un modelo global.  Como seguimiento de los módulos de formación online. El Módulo 2 sobre Gobernanza está dedicado a explorar en profundidad la gobernanza colaborativa, como comentamos en este post.

Más específicamente, OpenHeritage desmenuza los modelos de gobernanza colaborativa. Entre los principios y enfoques útiles para esta perspectiva, la Design Justice da a la gobernanza colaborativa un significado y una orientación que permite que se convierta en un método y una herramienta para la participación diversa e inclusiva que tiene como objetivo una mayor justicia social.

Relevancia y relación con nuestra ética (Nuestra historia)

En OpenHeritage (OH), los socios trabajaron en la gobernanza colaborativa de la comunidad en línea y la plataforma del proyecto, que tiene como objetivo desarrollar y compartir las mejores prácticas relativas a la reutilización adaptativa del patrimonio. Dentro de la plataforma OH, los participantes y administradores pueden co-crear, intercambiar ideas y colaborar para construir espacios y proyectos participativos dentro de la iniciativa OH más amplia, con 16 socios implicados de Italia, Hungría, Polonia, Bélgica, Reino Unido, Alemania, España y Portugal, así como con los laboratorios OH de Roma, Budapest, Sunderland, Prädikow, Varsovia y Lisboa. Los laboratorios son sitios patrimoniales que utilizan la plataforma como herramienta y espacio para gestionar y llevar a cabo su trabajo con sus comunidades y partes interesadas.

Sin embargo, una plataforma y su gobernanza no están intrínsecamente orientadas hacia el deseo de un bien mayor sin personas e ideas que lo lleven a cabo. La Design Justice dentro de este contexto sirve de marco para construir ideas y prácticas que den importancia a las comunidades e individuos vulnerables que puedan estar involucrados y que empujen conscientemente la aguja de la brújula ética del proyecto.

Estado de la cuestión

¿Qué es la gobernanza colaborativa?

Desde hace casi cuatro décadas, la gobernanza colaborativa ofrece la oportunidad de replantear el modo de hacer posible los espacios y servicios públicos. En términos generales, la gobernanza colaborativa es un proceso en el que “los actores estatales y no estatales abordan conjuntamente un problema, ya sea la sociedad civil, las organizaciones públicas y privadas o los ciudadanos individuales “. Sin embargo, esta amplia definición sin una brújula moral ética no promete intrínsecamente un medio para un proceso democrático más fuerte o una mayor transformación social para una sociedad más igualitaria.

Dentro de OpenHeritage estamos colaborando con múltiples organizaciones, comunidades y entidades públicas, en diferentes ciudades de Europa involucradas en la reutilización adaptativa de sitios patrimoniales, trabajando para apoyar un proceso más participativo. Para nosotros, la gobernanza colaborativa no es un término vacío que sirve para hablar de boquilla de los procesos participativos. Por eso queremos reivindicar la gobernanza colaborativa como un medio no sólo para repensar los servicios y bienes públicos, sino también para hacerlos más transparentes y justos.

La crítica

El término gobernanza colaborativa es increíblemente flexible y no define explícitamente quiénes son los participantes no estatales ni cuáles deben ser las prioridades dentro de una colaboración.

Y una fuerte crítica académica ha sido que la gobernanza colaborativa es en realidad “postpolítica”. El término “postpolítico” surgió hace unas décadas, cuando en lugar de ver un cambio real que incorporara el disenso y las diferentes opiniones políticas, los espacios y bienes públicos se gestionaban a través de la “administración social experta”. En lo que respecta a la gobernanza urbana, el atributo postpolítico se refiere a un proceso de actuación en beneficio de una ciudad sin mayor claridad sobre quién define para quién y cómo mejoramos la ciudad y, por tanto, abre la posibilidad de reforzar las dinámicas de poder y la desigualdad preexistentes.

Incorporando el concepto postpolítico, queremos cuestionar las ideas subyacentes a la colaboración y el consenso. Al poner en práctica la gobernanza colaborativa, ¿hay espacio para reconocer el disenso y las dinámicas de poder? Desde el punto de vista de la pospolítica, es importante reconocer que no podemos dar por sentado que la inclusión y la diversidad son un hecho dentro de la gobernanza orientada al consenso. Dicho esto, esta lente de un enfoque postpolítico nos ayuda a impulsar nuestro deseo de una gobernanza colaborativa que aborde la desigualdad de poder y cree procesos y referencias no sólo para nosotros mismos, sino también para quienes realizan un trabajo similar.

Incorporación de los principios de Design Justice

La Design justice surgió durante una conferencia de Allied Media en 2015. Desde entonces, la organización Design Justice ha presentado una agenda política explícita para una práctica que “se centra en aquellos que se ven más afectados por…” un proyecto o proceso. Esta idea va en contra del paradigma tradicional del diseño, que generalmente se ve como cuando un experto, como un arquitecto o un diseñador urbano, crea desde su punto de vista singular y con gran poder de decisión, diseña los espacios materiales en los que vivimos. Pensemos en las obras de Oscar Niemeyer, un famoso arquitecto cuyos diseños dieron forma al paisaje de Brasilia, la capital de Brasil. Desde una perspectiva aérea, sus edificios y líneas tienen una fluidez grácil o incluso femenina, pero sobre el terreno es una ciudad no transitable en la que si no se tiene coche no se llega lejos. Sin embargo, dentro de la práctica de la Design Justice, los diseñadores facilitan el proceso de diseño para que esté más orientado a las comunidades afectadas en lugar de ser los guardianes de una solución singular para muchos. Los socios de Platoniq y OpenHeritage, en el contexto del proyecto, han cartografiado, analizado y facilitado la participación y la gestión de los espacios públicos y los bienes comunes. Al hacerlo, fomentamos la inclusión en lugar de alejar a los residentes y las comunidades de los lugares.

La combinación de la gobernanza colaborativa con la design justice abre nuevas posibilidades radicales para el diseño y la colaboración.

Por ejemplo, echemos un vistazo a la enumeración más detallada de los seis principios de la gobernanza colaborativa (participedia) de Ansell y Gash (2008):

  • El proceso comienza a partir de una agencia o institución pública
  • Incluye la participación de entidades no estatales
  • Quienes participan no solo son objeto de consulta, sino que tienen poder de decisión
  • El foro es un proceso formal y está organizado formalmente como tal
  • El proceso de toma de decisiones responde a un consenso
  • El foco está orientado a la política y la gestión públicas

Parece que podría propiciar una mejor gobernanza pero, de nuevo, ¿quiénes son estos participantes con poder de decisión? ¿Y cómo logran llegar a un consenso?

Echemos un vistazo ahora a esos principios a través de la perspectiva de la design justice:

  • El proceso comienza a partir de una agencia o institución pública
  • Incluye la participación de entidades no estatales, poniendo en el centro a las personas que normalmente quedan al margen
  • Quienes participan no solo son objeto de consulta, sino que tienen poder de decisión para democratizar el proceso de diseño e incluir a las personas que resultarán más perjudicadas por su impacto
  • El foro es un proceso formal y está organizado formalmente como tal, de manera transparente y accesible
  • El proceso de toma de decisiones responde a un consenso cuyo objetivo es desmantelar las estructuras que marginan, deshumanizan, someten y oprimen a otras personas y poner en el centro las voces más desprotegidas por el racismo institucional, el patriarcado y la colonización.
  • El foco está orientado a la política y la gestión públicas.

Nos entusiasma la idea de Design Justice porque nos proporciona una orientación ética a la hora de decidir quién se sienta a la mesa y cómo deberíamos afrontar la creación de nuevos sistemas e infraestructuras comunitarias.

Nuestra historia (un conjunto de datos objetivos que avalan esta idea)

Gran parte de la interpretación de los principios de Design Justice en OH es fruto del desarrollo de nuevas herramientas y la adaptación de Decidim, la plataforma digital del proyecto .

Creación de un caso (práctico) con y para el muestreo aleatorio

El muestreo aleatorio consiste, de manera muy sucinta, en la conformación de una grupo de trabajo a partir de la selección aleatoria de personas que participan en un proyecto, comunidad o espacio concreto. La idea es que, gracias a esta selección aleatoria, el grupo de trabajo no está definido por políticas o por sesgos que puedan existir en dicho grupo. Platoniq inició la creación de un texto colaborativo y participativo titulado «Manifiesto OpenHeritage» para ilustrar cómo el muestreo aleatorio podría funcionar dentro de OH. Este texto se basa en cada palabra del título del proyecto: OpenHeritage: organización, promoción y capacitación de la reutilización del patrimonio a través de la inclusión, la tecnología, el acceso, la gobernanza y el empoderamiento. Las personas colaboradoras, seleccionadas al azar, escriben una anotación que interconecta sus valores individuales con OH para así crear un texto comleto que refleje una visión unificada a partir de unos contextos patrimoniales diversos. El propio texto sirve a la vez de muestra de la práctica del muestreo aleatorio en el seno de la iniciativa OH y de referencia en cuanto al proceso para los colectivos participantes y para todas aquellas personas que, dentro de la comunidad patrimonial en general, buscan prácticas que adopten una visión imparcial de su propia diversidad a la hora de colaborar y crear de manera conjunta.

Elaboración de una herramienta para contabilizar las horas de las personas voluntarias

En colaboración con el laboratorio de Sunderland, Platoniq ha desarrollado una función para Decidim que permite a los voluntarios hacer un seguimiento de sus horas. El esfuerzo es un medio para demostrar la mano de obra, a menudo precaria, que se necesita para poner en marcha algunos proyectos de patrimonio. Del mismo modo, el laboratorio de Prädikow también se ha interesado en participar, para demostrar potencialmente a los administradores públicos la cantidad de trabajo no remunerado que se produce para presionar por una mayor compensación por el trabajo en su sitio patrimonial. Lo que era inevitable en ambos proyectos era el hecho de que el trabajo voluntario se produciría y era necesario. Sin embargo, la creación de prácticas patrimoniales que visibilicen el trabajo e incluso la precariedad podría servir como herramienta para crear mejores condiciones de trabajo o generar datos que sirvan de base para un apoyo público más amplio a lo que finalmente se convierte en bienes públicos, es decir, sitios de reutilización adaptativa del patrimonio.

Colaboración con la población local para desarrollar una herramienta de gestión de recursos colectivos

En el laboratorio de Roma la población de Centocelle ha formado una cooperativa bajo el nombre CooperACTiva. Esta cooperativa quiere ofrecer paseos en bicicleta por el barrio, un antiguo bastión antifascista. Su objetivo es crear un sistema de reservas y alquiler de bicicletas mediante la plataforma Decidim. Esta iniciativa está gestionada por la propia vecindad y, mediante la intercooperación, Platoniq puede adaptar la plataforma a sus necesidades, en lugar de tener que asumir una estructura de plataforma impuesta.

Llamada a la acción

¿Conoces algún ejemplo de justicia de diseño, sobre todo relacionado con la participación y la tecnología? Si es así, ¡queremos saber más!

Referencias

  1. Design Justice Network
  2. Participedia
  3. Wikipedia & Davidson, M., & Iveson, K. (2015). Recovering the politics of the city: From the ‘post-political city’ to a ‘method of equality’ for critical urban geography. Progress in human geography, 39(5), 543-559.
  4. Hutswit, Gary (director). (October 2011). Urbanized [documentary]. United States: Swiss Dots
  5. ​​OH Training - Module 2 Governance
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