El cambio climático no es una posibilidad, es una realidad. Pero aún más preocupante es la lentitud con la que se están adoptando medidas para mitigar sus efectos. Este es el grito de auxilio que se transmite en el Manifiesto por la democracia climática.
Este llamamiento nos convoca a todas, especialmente a los gobiernos y poderes políticos para que apliquen las recomendaciones de la Asamblea Climática y las blinden mediante un pacto de estado, a apropiarnos de la lucha por un planeta sostenible, y a superar las barreras que han impedido hasta ahora una acción contundente en la lucha contra el cambio climático. Su propuesta, si bien desafiante, es una renovada forma de encarar esta crisis: ampliar la democracia para hacer frente a la emergencia climática.
Marea Deliberativa es la iniciativa que ha lanzado este llamamiento y promueve la participación ciudadana para fortalecer la democracia a través de las Asambleas Ciudadanas. Su objetivo es abordar los desafíos actuales, como la emergencia climática, la desigualdad y otros problemas sociales, mediante un enfoque colaborativo y basado en el diálogo.
En un contexto en el que la política se ha convertido en un espectáculo vacío de soluciones efectivas, Marea Deliberativa aspira a un sistema político más transparente y participativo. Busca involucrar a personas dispuestas a escuchar, aprender y trabajar juntas para abordar los problemas y encontrar soluciones comunes.
Recordamos aquí que las Asambleas Ciudadanas reúnen a personas seleccionadas al azar y les brindan las herramientas, información y tiempo necesarios para que tengan una voz autorizada en decisiones importantes que afectan nuestras vidas, como la economía, la educación y el medio ambiente.
Esta iniciativa no es solo una idea teórica, sino una práctica que se está implementando en todo el mundo para abordar una variedad de temas, desde el cambio climático hasta la elaboración de presupuestos y políticas de vivienda. Países como Dinamarca, Bélgica, Francia y Alemania ya han adoptado estas asambleas, y cuentan con el respaldo de organizaciones internacionales como la OCDE y las Naciones Unidas.
Marea Deliberativa así invita a las personas a sumarse a esta ola de participación ciudadana, donde encontrarán un espacio para contribuir, aprender y trabajar juntos en la búsqueda de soluciones a los desafíos que enfrentamos como sociedad.
En su esencia, este Manifiesto en concreto hace hincapié en una estrategia que ha demostrado ser fructífera en países como Francia y el Reino Unido: la creación de Asambleas Ciudadanas que, alejadas de las presiones partidistas y de los lobbies, pueden afrontar las decisiones necesarias para impulsar la transición ecológica. Y no se trata sólo de implementar medidas de emergencia, sino de edificar una democracia resiliente, que pueda resistir y adaptarse a los retos del cambio climático.
Lo que se propone es un Pacto de Estado Ecológico, cimentado en principios de justicia ambiental y de reforma fiscal verde, que garantice la continuidad de las acciones contra el cambio climático, más allá de los vaivenes políticos. Es fundamental que la lucha contra la crisis climática no sea una bandera de un partido político o de un Gobierno, sino una causa común, asumida por toda la sociedad.
En este sentido, uno de los principales aciertos del Manifiesto es reconocer que la transición ecológica no solo es una cuestión de tecnología o de regulación, sino también de participación ciudadana y de justicia social. Solo a través de la participación ciudadana y la justicia social podemos garantizar una transición energética justa y sostenible.
No obstante, la crítica constructiva no puede faltar. A pesar de las muchas ventajas de las Asambleas Ciudadanas, su implementación no está exenta de desafíos. Será esencial garantizar que estas asambleas sean representativas de la diversidad de la sociedad, y que se les dote de los recursos y el apoyo necesarios para tomar decisiones bien fundamentadas y factibles.
Además, es crucial que las decisiones y recomendaciones de estas Asambleas sean respetadas y puestas en práctica por los Gobiernos y las autoridades competentes. Como señala el Manifiesto, las recomendaciones de la Asamblea Ciudadana para el Clima en España han sido ignoradas en gran medida, un patrón que no puede repetirse si queremos dar respuesta a la emergencia climática
En conclusión, este Manifiesto no es solo un llamado a la acción urgente frente al cambio climático, sino también un manifiesto por la democracia climática, una propuesta para redefinir cómo tomamos decisiones sobre nuestro planeta y nuestro futuro.
El Manifiesto nos recuerda que el cambio climático es más que un problema ambiental; es un desafío que requiere de un compromiso colectivo y de un profundo cambio en nuestra forma de gobernar y de vivir.
Las recomendaciones de las Asambleas Ciudadanas son solo un primer paso para definir un rumbo hacia una transición ecológica justa y sostenible. Pero estas propuestas deben estar respaldadas por políticas públicas audaces y por la voluntad de todas las partes interesadas, incluyendo a los ciudadanos, los gobiernos, las empresas y las organizaciones de la sociedad civil. Es, en definitiva, un llamado a la acción que no podemos ignorar.
Porque, como bien señala el Manifiesto, cualquier retraso conlleva muertes. Y la solución, aún está en nuestras manos. Debemos afrontar la emergencia climática con coraje y determinación, y con el convencimiento de que una transición ecológica y energética justa es posible, y está al alcance de nuestras manos.
No es solo el futuro de nuestro planeta lo que está en juego, sino también nuestro presente, nuestra salud, nuestra economía y nuestra democracia.
