¿Cómo hablar de una campaña que no debería existir? ¿Cómo hablar de un proyecto que nace de un dolor personal y familiar, pero en el que se siente la necesidad de llevar a lo colectivo? ¿Cómo hablar del uso del crowdfunding en la recuperación de la memoria histórica?
Antes de plantear este artículo, hablamos con la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica para que nos dieran su opinión y fueron firmes en su punto de vista: toda iniciativa relacionada con la Ley de Memoria Histórica debería estar subvencionada por el Estado. Lamentablemente, no es ése el caso en la actualidad. Por ese motivo, tras una reflexión interna, invitamos a dialogar a dos colectivos que sí habían alcanzado algunos de sus objetivos tras lanzar sendas campañas utilizando nuestra plataforma. Queríamos que dialogaran libremente y sin tapujos.
Esas dos campañas y sus respectivos colectivos a las que nos referimos son La Intervención en la Fosa de Parasimón, de la Asociación de Familiares y Amigos “Fosa de Parasimón” y Denunciando al Torturador, de La Comuna Presxs del Franquismo.
Para nuestra alegría, los colectivos aceptaron, poniéndonos en contacto con Toño (Parasimón) y Ana (Presxs del Franquismo). Así, dispusimos un espacio virtual donde se encontraran y escuchamos su experiencia.
Toño: Bien. Nosotros iniciamos el proyecto como una tarea familiar, que no era otra que recuperar los restos de mi abuelo, que estaba en una fosa común. Mi abuelo y otros compañeros. La idea era partir de un proyecto familiar y darle un contenido más cívico, más social. Porque un riesgo que tienen todas estas iniciativas es el de acabar privatizando lo que pensamos, tiene que ser una tarea pública y colectiva. Por ello, aparte de necesitar financiar el proyecto (las personas que participan en él son voluntarias, pero todo acto de exhumación tiene unos gastos derivados ineludibles), lo que queríamos era involucrar a la sociedad civil y que así lo acogieran otro tipo de personas, otra gente… y aprovechar también para denunciar la inacción del Estado. El olvido de sus obligaciones para con los ciudadanos de este país que están enterrados injustamente en unas fosas. Esas eran las tres patas que cubría nuestro proyecto: financiar, implicar y denunciar.
Ana: Cierto que en nuestra misión no está la de exhumar a nadie… pero seguimos una misma línea al final. Ha habido una serie de hechos que no han sido investigados por cómo se han hecho las cosas en este país y que se están financiado a través de personas particulares cuando debería estar investigado directamente por el Estado. Por ello ya hemos hecho dos campañas. Una sobre Billy el Niño, campaña cuya contundencia fue bastante grande como se pudo ver en los medios. Ahora estamos con Martín Villa, el responsable político del anterior caso, como se pudo ver después. Nunca fue juzgado y esa es nuestra misión: que la sociedad sepa lo que ha pasado y que a partir de ahí se tomen medidas. Nuestro trabajo va hacia el objetivo de que se sume gente a esta idea. Una muestra de que estamos en el mismo camino, es que vosotros (refiriéndose a “Fosas de Parasimón”) estáis también en la Querella Argentina.
Toño: Sí. Los resultados sobre la exhumación en Parasimón serán presentados en esa querella. Ya fuimos a declarar al consulado de Argentina en Madrid cuando vino Carlos Slepoy (presidente durante 10 años de la Asociación Argentina Pro Derechos Humanos). Nuestra intención es que el Ministerio de Justicia, como parte del Estado, asuma su responsabilidad. Todos los convenios internacionales obligan a ciertas cosas, y nosotros consideramos que el Estado no quiere actuar.
Ana: Así es. Hace algunos meses, en octubre, creo, vino Fabián Salvioli, relator especial de la ONU sobre la promoción de la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición. Nos informó que hay más de 9.000 denunciantes en la querella judicial argentina. Aquí vamos dando pasitos: la querella contra Billy el Niño, por ejemplo, ya está admitida.
Toño: Cierto. En el caso de Parasimón, en Asturias, hay cerca de 300 fosas… la mayoría se perderán y nadie asume ninguna responsabilidad. Porque nosotros… nosotros hacemos una cosa que no queremos hacer. Yo no tengo ningún interés en ir con un pico y una pala a buscar a mi abuelo. Eso lo tiene que hacer el Estado. ¿Porqué no llaman a Martín Villa y lo hacen declarar? No tiene por qué haber unas persona detrás insistiendo cuando se trata de una cuestión de justicia normal y corriente. En esa circunstancia había la opción de pedir dinero a la gente cercana, que no nos parecía la manera, o tirarnos a la piscina del crowdfunding. Porque para nosotros era algo que no teníamos ni idea de cómo funcionaba. Por decirlo de alguna manera, nuestro error fue ser poco ambiciosos. No nos imaginamos que la respuesta iba a ser la que fue: recabamos el dinero que necesitábamos mucho antes y mucho más fácilmente de lo que pensamos que iba a resultar.
Ana: Sí, ambos proyectos estaban en campaña, con la primera ronda de financiación ya finalizada, cuando se estrenó El Silencio de Otros. El éxito del metraje podría haber ayudado, aunque no hizo falta, pues a nivel de medios de comunicación, tanto afines como generales, la campaña de Billy el Niño se movió muy bien y recibimos solicitudes de más de 25-30 medios cada vez que comunicábamos un avance.
Toño: Para nosotros fue muy emocionante la respuesta. De gente que decía que iba a apoyarnos y lo hizo. De gente que no conoces y te manda su aportación y cariño… En breve impulsaremos una nueva exhumación, esta vez no por crowdfunding sino presionando al Estado para que la haga, dándoles todo lo necesario a nivel de información. Queremos aprovechar que acaba de salir una nueva Llei de Memòria Històrica a Asturias y que tenemos la colaboración de la Universidad del País Vasco con las tareas de análisis de ADN. Hay mucho trabajo por delante y queremos implicar al Estado. Queremos agradecer la ayuda que sí hemos recibido, del IU de Gozón, IU de Asturias, Comisión Memoria-IU de Aller, y PSOE de Lena; también colaboró Compromisu por LLena, entre otras. Pero todo es muy intrincado, hay que pedir permisos y llevar a cabo varios procesos administrativos.
Ana: Creo que el objetivo es crear movimiento para que entre unas y otros, al final, lo asuman ellos. La idea es hacer una incidencia política en todo aquello que consideramos debería entrar dentro de la justicia y de la memoria. Abarcar todos aquellos aspectos que debería estar solucionados por el Estado y no las entidades o la ciudadanía….
Si quieres saber como siguió el resto de diálogo, te invitamos a visionar este y otros cortes que iremos colgando en próximas actualizaciones en este mismo artículo.
Desde la Fundación Goteo, vemos que este mismo objetivo de crear movimiento sucede no sólo con la Memoria Histórica sino con otros proyectos cívicos, como en la campaña #LibertadParaInformar, donde los impulsores hicieron un llamamiento a compartir solidaria y responsablemente la sanción económica impuesta a Clemente Bernad y Carolina Martínez por investigar misas de claro carácter franquista celebradas en la cripta del Monumento a los caídos de Pamplona. ¿Cual fue el resultado? Reunieron ¡en sólo 3 días! los 5.489€ necesarios para pagar la totalidad de la multa. Increíble, esperanzador e inspirador.
En ellos, como en este, la ciudadanía se organiza, lanza su campaña (que nosotros llamamos “de incidencia política”) y así muchas veces el sector político acaba “teniendo” que hacer caso cuando ven el apoyo que han conseguido levantar. Vemos cómo se genera la presión que posteriormente lleva al cambio. Creemos que cada uno de estos pasos deja una Huella Democrática que nos permite seguir avanzando hacia la sociedad que deseamos y merecemos. Pronto os contamos más acerca de las tres Huellas que iremos impulsando desde Goteo: Huella Social, Huella Democrática y Huella Ecológica.
Para terminar, queremos daros muchas gracias a ambos colectivos por vuestra colaboración y confianza. Es un placer trabajar en ver cómo cambian las cosas. Cómo se lucha. ¡Seguimos!